Cauca - Este viernes, un atentado con explosivos sacudió al corregimiento de El Plateado, en el municipio de Argelia, Cauca. La explosión, registrada en el parque principal, dejó como saldo la muerte de un militar y varios heridos, incluidos soldados y civiles. El ataque, atribuido al frente Carlos Patiño de las disidencias de las FARC, dejó una fuerte conmoción en la región.
El atentado ocurrió cuando un artefacto explosivo, colocado en una motocicleta, fue activado cerca de un grupo de uniformados que patrullaban la zona. La explosión se produjo de manera simultánea a la presencia de varias autoridades locales en la región, generando un ambiente de caos y pánico entre los habitantes. La información inicial revela que varias personas fueron trasladadas a hospitales cercanos para recibir atención médica.
Este ataque resalta las dificultades de las autoridades en controlar el orden público en esta zona del Cañón del Micay, históricamente afectada por el conflicto armado. A pesar de los esfuerzos para recuperar el control de la región, los grupos armados ilegales siguen ejerciendo su poder en el territorio.
El gobernador del Cauca, Octavio Guzmán, condenó el atentado, calificándolo como un acto de “terrorismo” que busca desestabilizar la región. En sus declaraciones, Guzmán subrayó la necesidad de una respuesta contundente por parte del Estado ante la violencia persistente en el área: “Estamos enfrentando un problema de seguridad que no se resuelve de la noche a la mañana, pero debemos seguir luchando”, afirmó el gobernador.
El ataque también ocurre a pocas semanas de la visita de ministros del Gobierno de Gustavo Petro al corregimiento de El Plateado. A pesar de la seguridad reforzada que acompañó a los funcionarios, la zona sigue siendo un escenario de confrontación entre las fuerzas del orden y los grupos armados. Esta visita había sido parte de los esfuerzos para garantizar la paz y el desarrollo en el Cañón del Micay, pero los recientes hechos demuestran que, a pesar de la presencia gubernamental, la violencia continúa.
En medio de esta situación, el Cañón del Micay sigue bajo el control de las disidencias de las FARC. Los grupos armados ilegales, como los comandados por Iván Mordisco, han logrado mantener su influencia en la región, lo que complica aún más el proceso de pacificación del gobierno. La violencia en la zona pone en evidencia las fallas del programa de Paz Total, impulsado por el gobierno de Petro, cuyo objetivo ha sido consolidar la paz en zonas como El Plateado.
Este ataque es otro recordatorio de los desafíos que enfrenta el gobierno colombiano para pacificar las regiones más afectadas por el conflicto armado. Aunque el proceso de Paz Total ha logrado algunos avances en otras partes del país, la situación en el Cañón del Micay sigue siendo un área de alta tensión, marcada por la presencia de grupos armados ilegales y la falta de control estatal efectivo.
El atentado también ha reabierto el debate sobre la seguridad en la región, con algunos sectores políticos exigiendo una mayor presencia de las fuerzas militares y policiales. Los habitantes de El Plateado, y de todo el Cañón del Micay, siguen enfrentando el impacto de la violencia de manera directa, viviendo con el temor de nuevos ataques y desplazamientos forzados.