Colombia – Durante la presentación de la metodología para el estudio de los proyectos férreos del país, El presidente Gustavo Petro ha rechazado de manera firme la posibilidad de retirar la controvertida reforma a la salud, contradiciendo la solicitud de la representante a la Cámara Martha Alfonso, del partido Alianza Verde. Alfonso, ponente del proyecto en la cámara baja del Congreso de la República, quien había pedido al Gobierno retirar la reforma para evitar una derrota en el Congreso.
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En su Alocución Petro ha afirmado que el Congreso será responsable de cualquier eventualidad relacionada con el sistema de salud colombiano si la reforma se hunde. El mandatario ha subrayado la necesidad urgente de la reforma para afrontar la crisis del sistema de salud en el país, desestimando así la sugerencia de retirarla. En sus propias palabras, Petro declaró: "Para nada vamos a retirarla, el Congreso sabe cuál es la consecuencia de hundir la reforma a la salud".
La representante Alfonso al momento de hacerle la solicitud al presidente también ha convocado a la ciudadanía a movilizarse en apoyo al proyecto, destacando su importancia para el pueblo colombiano. Aunque reconoce la posibilidad de una derrota política para el Gobierno, Alfonso insiste en que la verdadera derrota recae sobre la población colombiana.
El senador David Luna ha respaldado la decisión de los senadores de la Comisión Séptima del Senado, que radicaron la ponencia negativa al proyecto de la reforma de la salud. Luna destaca que esta reforma, tal como la presentó el gobierno, es nefasta y podría permitir al presidente acceder al manejo de 80 billones de pesos sin ningún tipo de control, desviando posiblemente esos recursos a la política y la politiquería en lugar de destinarse a salvar vidas.
La ponencia negativa, firmada por Lorena Ríos Cuéllar, Honorio Henríquez, Alirio Barrera, Nadia Blel Scaff, José Alfredo Marín, Miguel Ángel Pinto, Berenice Bedoya, y respaldada posteriormente por la senadora del Partido de la U, Norma Hurtado, aborda varias razones fundamentales para rechazar la reforma.
En primer lugar, la ponencia destaca que la reforma propuesta es regresiva en términos de derechos adquiridos, coartando la libertad de elección de los usuarios en la selección de prestadores de servicios de salud. Además, no define claramente la ruta de atención al paciente ni la entrega de medicamentos, poniendo en riesgo la salud y la vida de millones de colombianos.
Otro punto crucial de crítica es la ausencia de aval fiscal y la insostenibilidad financiera del proyecto. Se advierte que la reforma carece del concepto positivo del Ministerio de Hacienda para su implementación, incumpliendo así la ley. Además, no se esclarecen los costos de su implementación ni las fuentes de financiación.
Adicionalmente, la ponencia argumenta que la propuesta desconoce los logros del sistema de salud actual, generando incertidumbre en la responsabilidad por la atención de los usuarios y caos en la remisión de pacientes, entre otros aspectos. Se resalta que la reforma no reconoce el aseguramiento en salud desde antes del nacimiento, como se establece actualmente.
Finalmente, se enfatiza que la reforma no resuelve los retos del sistema de salud actual, como el aumento del gasto de los hogares en salud y la falta de atención en zonas rurales, y tampoco garantiza la transparencia en el manejo de los recursos al centralizar el dinero de la salud en una sola entidad pública sin las auditorías necesarias.
Con estas posiciones en juego y la incertidumbre sobre el futuro de la reforma a la salud, la discusión en la Comisión Séptima del Senado se presenta como un escenario decisivo. La decisión final sobre el proyecto aún no tiene fecha, pero se espera que se dé a conocer a más tardar la próxima semana. La participación ciudadana y las movilizaciones en apoyo o en contra del proyecto podrían desempeñar un papel clave en la resolución de esta controversia que afecta directamente a la salud y el bienestar de los colombianos.