En un desafiante comunicado, las disidencias del autodenominado Estado Mayor Central de las Farc (EMC-Farc) han declarado una ruptura total del cese al fuego, en respuesta a la decisión del Gobierno de suspender el cese de hostilidades en varias zonas donde operan. Esta decisión se tomó después del reclutamiento y asesinato de cuatro indígenas por parte del frente Carolina Ramírez, lo que generó una conmoción nacional.
La Presidencia de la República anunció la finalización del cese al fuego en los departamentos de Meta, Caquetá, Guaviare y Putumayo, y afirmó que se reactivarán todas las operaciones ofensivas.
El comunicado emitido por las disidencias del EMC-Farc califica el episodio del reclutamiento y asesinato de cuatro menores de una comunidad indígenas como "un hecho atroz que cuestiona la voluntad de construir un país en paz". Sin embargo, expresan su rechazo a las rupturas parciales y a las medidas que consideran que pasan por encima de lo ya pactado. En un panfleto distribuido en redes sociales y en sus zonas de influencia, advierten que no permitirán la entrada de partidos políticos tradicionales y dirigentes que, según ellos, "atizan la guerra".
Además, anuncian que tomarán medidas enérgicas contra los actos de corrupción, como la compra de votos, la entrega de materiales de construcción, la compra de registros municipales y la promesa de puestos o falsas promesas. A los candidatos locales, les sugieren que rechacen los apoyos de estos movimientos o congresistas.
La ruptura total del cese al fuego plantea un desafío importante para el Gobierno y para las elecciones regionales programadas para octubre. En las zonas de influencia de las disidencias del EMC-Farc, solo podrán hacer campaña aquellos candidatos que ellos consideren. Estas medidas representan un obstáculo para el desarrollo democrático y ponen en riesgo la estabilidad en esas regiones.
Es importante destacar que la decisión del Gobierno de suspender parcialmente el cese al fuego fue motivada por el asesinato de los cuatro menores indígenas en el Putumayo. Sin embargo, las disidencias del EMC-Farc consideran que esta medida invalida el protocolo del cese al fuego y los compromisos previamente acordados.
La situación actual plantea un desafío importante para el proceso de paz en Colombia. La ruptura del cese al fuego y las amenazas de las disidencias del EMC-Farc hacia las elecciones regionales generan incertidumbre y ponen en riesgo los avances logrados hasta el momento.