Colombia - El presidente Gustavo Petro anunció este viernes que el Gobierno Nacional adquirirá las cosechas de coca en el corregimiento de El Plateado y toda la región del cañón del Micay, en el departamento del Cauca, como parte de una estrategia integral para recuperar estos territorios y alejar a las economías ilícitas de la región. La medida, que se enmarca dentro de la política de paz y desarrollo del actual gobierno, busca ofrecer alternativas viables al campesinado de estas zonas afectadas por el narcotráfico y la violencia.
La decisión fue revelada durante la firma del Pacto por la Democratización del Crédito Solidario, un acto llevado a cabo en la sede de la Cámara de Comercio de Bogotá. En su intervención, el presidente Petro subrayó la importancia de cambiar los métodos de intervención en las regiones más afectadas por el narcotráfico. “Si no cambiamos los métodos, pues no cambiamos, porque si vamos a repetir lo mismo con los mismos instrumentos, todos sabemos que no se solucionan los problemas. Entonces, al campesinado del Micay, le vamos a comprar sus cosechas de coca, mientras aparece la economía lícita", expresó Petro durante su intervención.
La compra de la cosecha de coca tiene como objetivo desmantelar las economías ilícitas en una zona que ha sido históricamente controlada por grupos armados y carteles internacionales. En El Plateado, por ejemplo, el presidente mencionó que el Ejército había ejecutado recientemente una operación para retomar el control de la zona, que era conocida como “una bolsa de valores de la cocaína del mundo”. Según el mandatario, los carteles de narcotráfico de diferentes países, incluidos México, Albania, Croacia, Alemania, y varias naciones africanas, llegaron a esta región con el fin de traficar cocaína hacia los Estados Unidos y otros mercados internacionales.
Petro señaló que los violentos que operan en la región buscaban convertir a El Plateado y el cañón del Micay en un importante punto de producción y exportación de cocaína. De acuerdo con sus palabras, "los violentos querían utilizar esa región como productora de hoja de coca que exporte cocaína por el mar a los Estados Unidos y matar a los indígenas que se les vuelven contradictores de su proyecto de codicia". Esta situación resalta el complejo panorama de seguridad y las dinámicas de poder en una zona de gran relevancia estratégica para el narcotráfico.
Crédito y desarrollo como herramientas de transformación
En el mismo evento, el presidente enfatizó que la transformación de estos territorios no solo requiere de acciones de seguridad, sino también de un acceso adecuado al crédito. En ese sentido, Petro destacó la necesidad de una intervención económica en las zonas más empobrecidas y excluidas del país, las cuales han sido históricamente desatendidas por los sistemas financieros tradicionales. “Se necesita crédito en el Micay, crédito en todas las zonas, las más pobres y excluidas de Colombia, a esas zonas no le llega el crédito, porque no les llega el crédito a los pobres”, subrayó el presidente, señalando que uno de los principales obstáculos para el desarrollo es la falta de acceso a recursos financieros en estas regiones marginadas.
Esta intervención económica, que incluye la firma del Pacto por la Democratización del Crédito Solidario, busca garantizar que las poblaciones más vulnerables puedan acceder a los recursos necesarios para el desarrollo de alternativas lícitas de producción. Este pacto tiene como objetivo democratizar el acceso al crédito en zonas rurales del país, impulsando la productividad y el emprendimiento en áreas que, por años, han dependido de actividades ilícitas como el cultivo de coca. Según el presidente, esta medida es fundamental para superar la “segregación territorial” que caracteriza a Colombia, la cual es “de las peores del mundo”, según su declaración.
El acto de firma del pacto también refleja la voluntad del Gobierno Nacional de implementar una política económica inclusiva, que no solo busque transformar la economía de los territorios afectados por el narcotráfico, sino que también promueva la justicia social y el acceso equitativo a los recursos financieros en zonas históricamente relegadas. Este compromiso con la inclusión financiera se convierte en una pieza clave dentro de la estrategia del Gobierno para garantizar la paz y la estabilidad en el país.
Contexto de seguridad y desafíos
La región del Cauca ha sido uno de los puntos más críticos en la lucha contra el narcotráfico y los grupos armados ilegales. A lo largo de los años, El Plateado y el cañón del Micay han sido escenario de enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas y diversos actores armados ilegales, incluyendo guerrillas y organizaciones narcotraficantes. La operación reciente del Ejército, que buscó retomar el control de El Plateado, es solo un ejemplo de los esfuerzos del gobierno para erradicar la violencia y restaurar el orden en la zona.
A pesar de estos esfuerzos, el desafío sigue siendo enorme. Los carteles de narcotráfico continúan operando en áreas remotas, explotando las condiciones de pobreza y falta de infraestructura en muchas comunidades. En este sentido, la propuesta de comprar las cosechas de coca y ofrecer alternativas económicas viables es una estrategia que busca debilitar las economías ilícitas mientras se le da a la población local la oportunidad de participar en una economía legal y sostenible.
Mirada hacia el futuro
La iniciativa del gobierno de comprar las cosechas de coca es un paso hacia un modelo de transformación que pretende cambiar las dinámicas económicas y sociales en regiones clave del país. Aunque se trata de una medida temporal mientras se busca establecer economías lícitas, tiene el potencial de generar un impacto positivo a largo plazo si se acompaña de políticas económicas efectivas y un verdadero acceso a crédito.
En este contexto, la firma del Pacto por la Democratización del Crédito Solidario representa un avance importante en la búsqueda de soluciones integrales para el desarrollo del país, priorizando la inclusión financiera y el acceso a recursos en territorios históricamente olvidados. A medida que el gobierno continúa implementando estas medidas, la recuperación de regiones como El Plateado y el cañón del Micay dependerá no solo de las acciones de seguridad, sino también de la capacidad de las comunidades para acceder a nuevas oportunidades económicas y construir un futuro más próspero lejos de las economías ilícitas.