El Exordio es el poder de la primera impresión en la oratoria, esta palabra proviene del latín exordium, que significa comienzo, y del griego prooímion,que quiere decir preludio, es en retórica la primera parte del discurso y para mí, contiene tres (3) características principales; la primera es captar la atención, la segunda generar una impresión y la tercera conectar con el oyente.
Analicemos las tres características principales del exhodio; la primera es el objetivo de captar la atención del auditorio sobre el tema a tratar y sobre el expositor mismo, si no se capta la atención, en vano se habla. El objetivo principal de la oratoria es que nos escuchen y la entrada es el elemento perfecto para lograrlo, los medios, formas, técnicas y manera se aprenden con el conocimiento y la práctica.
La segunda característica del exordio es la de generar una impresión y en este caso una buena imagen para que el oyente quiera escuchar, por lo tanto, la construcción del preámbulo debe estar diseñada con la intención de generar el enganche emocional entre el orador y el oyente de lo contrario se pierde la mejor oportunidad de para obtener la buena voluntad y benevolencia de los integrantes del auditorio.
Y la tercera parte es lograr el contacto con el auditorio presente, por eso creo que el orador, debe desarrollar sus mejores cualidades, para asegurar una buena acogida y a la ves originar la conexión necesaria para poder posteriormente expresar el contenido del discurso y las argumentaciones previo a la preparación del terreno a través de una excelente entrada.
Podríamos determinar dos tipos de exordio, uno el exordio benevolente y el otro de impacto o exordio ex abrupto, el primero depende en parte de la calidad retórica del orador y su capacidad de ser elocuente para discurrir sobre un mayor tiempo en la introducción y que a su vez podríamos subdividir en varios tipos, pero su característica principal es la benevolencia en su exposición. El segundo es más corto y de choque, rompe enseguida con el tema y capta de manera abrupta la atención, pero requiere habilidad y pasión. ambos son técnicamente buenos, depende del orador escoger con cual se siente mejor.
El exordio tiene la gran bondad de poder direccionar la mente del auditorio vivo y abrir los corazones de quienes escuchan para exponer el contenido de la exposición. De él, en la gran mayoría de las veces depende el éxito del discurso. La entrada siempre depende del orador.