Franja de Gaza– Veinte rehenes israelíes fueron liberados este lunes por Hamás en la Franja de Gaza y entregados a la Cruz Roja Internacional, en el marco del primer acuerdo de cese al fuego firmado tras casi dos años de guerra. Entre ellos está Elkana Bohbot, un ciudadano colombo-israelí de 36 años, quien se convirtió en símbolo de resistencia para la comunidad colombiana en el exterior.
La operación se llevó a cabo en varios puntos de la Franja y concluyó en Re’im, al sur de Israel, donde equipos médicos recibieron a los rehenes antes de trasladarlos a hospitales. La Cruz Roja confirmó su participación en la entrega y recalcó que su misión fue garantizar un traspaso seguro y digno. Israel, como parte del mismo acuerdo, comenzó la liberación de casi 1.900 presos palestinos que se encontraban en cárceles distribuidas entre Cisjordania, Jerusalén Este y otras localidades.
Un colombiano entre los liberados
Elkana Bohbot, nacido en Israel y con nacionalidad colombiana adquirida en 2023, fue secuestrado el 7 de octubre de 2023 durante el ataque al festival Nova en el desierto del Néguev. Su nombre había circulado en medios y en gestiones diplomáticas desde entonces. Hoy, tras casi dos años en cautiverio, la noticia de su liberación despertó alivio en su familia y en la comunidad colombo-israelí.
“Es un momento de esperanza, pero también de profunda reflexión sobre lo vivido”, expresó su prima en declaraciones recogidas por medios colombianos. En Bogotá, la Cancillería confirmó la liberación de Bohbot y señaló que recibirá acompañamiento consular en Israel.
Para los colombianos en Israel, su liberación se convirtió en un símbolo de resistencia y resiliencia. “Él representa a todos los que vivimos en medio de la guerra y seguimos construyendo comunidad”, comentó Daniel R., miembro de la asociación de latinoamericanos en Tel Aviv.
El pacto que permitió la liberación de rehenes incluye no solo la entrega de los últimos cautivos vivos, sino también la devolución de cuerpos de víctimas. Sin embargo, Hamás entregó únicamente cuatro cuerpos en esta primera fase, lo que generó críticas entre familiares que esperaban más respuestas.
Israel, por su parte, inició la liberación de miles de presos palestinos, entre ellos jóvenes detenidos durante protestas en Cisjordania y mujeres encarceladas en juicios rápidos. Algunos serán enviados a Gaza, otros a sus lugares de origen en Cisjordania y un grupo menor al exilio forzado.
Según analistas de seguridad en Jerusalén, el intercambio busca sentar las bases para un proceso más amplio que aborde el futuro de la Franja de Gaza, su gobernanza y la seguridad regional. “No es solo un intercambio de personas, es un intento de estabilizar un conflicto que llevaba dos años sin salida”, comentó un especialista del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel.
Contexto de la liberación
La liberación no estuvo exenta de simbolismo político. Donald Trump, quien visitó la región en medio del operativo, declaró que “la guerra ha terminado” y aseguró que el acuerdo representa una victoria para las familias de los rehenes. Su declaración generó titulares y abrió debate sobre el papel de Estados Unidos en el diseño del cese al fuego.
Mientras tanto, en Israel se vivieron escenas de profunda emoción. En Hostage Square, en Tel Aviv, miles de personas se reunieron para celebrar el regreso de los cautivos. Las imágenes mostraban pancartas con los nombres de los liberados, abrazos interminables y lágrimas que se mezclaban con cantos de alivio.
En contraste, familias palestinas recibieron con banderas y consignas a los prisioneros liberados en Cisjordania. Las calles de Ramala y Hebrón fueron escenario de caravanas improvisadas. “Mi hijo estuvo dos años preso por participar en una manifestación, hoy vuelve a casa”, relató Amina K., madre de uno de los jóvenes liberados.
La voz de las familias
El intercambio dejó emociones divididas. Por un lado, las familias israelíes celebraron la vida. “Pensamos que nunca lo volveríamos a ver, ahora está aquí y respira”, dijo entre lágrimas un hermano de uno de los rehenes liberados. Por otro, las familias que no recibieron los restos de sus seres queridos cuestionaron la efectividad del acuerdo.
La Cruz Roja insistió en que continuará con su labor de intermediación para asegurar que todos los compromisos se cumplan. En un comunicado, aseguró que su prioridad es “mantener a salvo la vida y dignidad de todas las personas involucradas”.
¿Qué sigue después de la liberación?
El acuerdo abre un camino incierto. Israel y Hamás deberán definir quién administrará la Franja de Gaza en los próximos meses y cómo se garantizará la seguridad en la frontera. Los mediadores internacionales advierten que lo acordado es apenas un punto de partida.
En Colombia, el caso de Elkana Bohbot seguirá en la agenda pública. Su liberación no solo marca el final de un cautiverio, sino que abre preguntas sobre la protección de connacionales en zonas de conflicto. Organizaciones civiles en Barranquilla y Bogotá anunciaron foros para discutir cómo el país puede fortalecer la asistencia consular en escenarios de guerra.
La historia de Bohbot se suma a un relato mayor: el de comunidades enteras atrapadas en medio de un conflicto armado que ahora busca un nuevo rumbo. Tanto en Israel como en Palestina, la liberación de los rehenes y de los presos ha mostrado que el dolor está lejos de cerrarse, pero también que la presión de las familias y la mediación internacional pueden arrancar acuerdos donde parecía imposible.
Lee más noticias haciendo clic►. REDPRENSA