Barranquilla – la tarde del sábado pasado siete bocas se vistió de rojo y blanco. Algunos pensaron que era otra caravana del Junior, pero no: esta vez el balón lo llevaba la celebración por los 75 años de Jamar, la marca barranquillera que decidió festejar su aniversario como se vive todo en esta ciudad: en la calle y con música.
Para celebrar su aniversario, la empresa organizó una caravana con más de 600 artistas que recorrió las calles de Barranquilla con música, comparsas y reparto de regalos. Colchones, sillas, butacas y bonos de compra fueron entregados a los transeúntes como muestra de gratitud hacia la ciudad que los vio nacer. El desfile partió desde Siete Bocas y finalizó en la tienda principal del Paseo Bolívar, el mismo lugar donde comenzó todo.
Más allá de la fiesta, la compañía sostiene que su crecimiento está ligado a decisiones de infraestructura y acceso financiero. En los últimos años, Jamar invirtió más de 70 mil millones de pesos en sus centros estratégicos CILA y CENDIS. Este último tiene capacidad para despachar hasta 1.500 pedidos diarios, con entregas en un rango de 3 a 8 días, una cifra clave para competir en mercados de consumo masivo.
La historia de Jamar comenzó en 1933 con Jaime Naimark, quien con apenas 16 años llegó a Barranquilla en busca de sustento para su familia recién llegada desde Polonia. Años después, en 1951, abrió la primera tienda en el centro de la ciudad con una idea sencilla pero disruptiva para la época: vender muebles de calidad y permitir que las familias los pagaran a crédito. Ese modelo, pensado para trabajadores del Caribe, transformó la forma de comprar hogar en Colombia.
Siete décadas después, lo que nació en un local del Paseo Bolívar es hoy una multinacional que factura más de $352.000 millones al año, con presencia en dos países y una proyección de crecimiento del 20% para cierre de 2025. La empresa mantiene su sede emocional en Barranquilla, pero opera con 22 tiendas en Colombia y 7 en Panamá, además de un centro de distribución en la capital del Atlántico, considerado el segundo más grande de Latinoamérica en su sector.
"Creer en los sueños y hacerlos realidad fue la motivación de mi padre y sigue siendo nuestra convicción como familia y como compañía", afirmó Max Naimark, presidente de Jamar, al cumplirse el aniversario 75 de la marca. Hoy, su legado es administrado por tres generaciones: Max y sus hijos Benny y Jessica, junto a un equipo de más de 1.200 colaboradores directos.
Uno de los principales pilares de la compañia es Credijamar, la plataforma fintech con la que ofrecen créditos especializados para muebles y colchones con aprobación inmediata y cuotas fijas sin cuota inicial. Solo se necesita la cédula, incluso si el comprador está reportado en centrales de riesgo. Según cifras de la empresa, en los últimos cinco años esta herramienta ha otorgado 1,25 billones de pesos en financiación, representando el 70% de sus ventas totales.
Proyección de expansión
El crecimiento no se detiene. Actualmente, la compañía prepara la apertura de una nueva tienda en la Carrera 30 de Bogotá, un showroom de 5.000 metros cuadrados que será el más grande del país en su categoría. Con esta operación, esperan consolidar su penetración en el centro del país y sostener un ritmo de expansión de doble dígito en los próximos años.
Identidad productiva
Jamar se presenta como Marca País, licenciada por ProColombia, con una propuesta clara: muebles diseñados y fabricados en Colombia con materias primas nacionales. El 95% de sus productos son elaborados por ebanistas y costureras colombianas, utilizando madera de roble, textiles Eurolino y pintura poliuretano, materiales elegidos por su durabilidad.
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Los muebles se exhiben en ambientes completos, tal como lucirían en un hogar real. Esta fórmula, sumada a lanzamientos constantes de nuevas colecciones, permite que cada visita a tienda sea distinta. La empresa afirma que cuenta con más de 50.000 metros cuadrados de ambientes inspiracionales distribuidos en sus puntos de atención.
Para quienes buscan descanso, sus colchones tienen garantías de hasta 25 años. La estructura de madera de los muebles goza de cinco años de respaldo. El envío y armado son gratuitos en todo el país.
Más allá del negocio, Jamar sostiene que su rol en la economía va más allá del comercio. Actualmente genera más de 9.000 empleos indirectos y fortalece la cadena de suministro nacional a través de sus plataformas logísticas.
La historia de la empresa condensa el espíritu de Barranquilla como territorio de acogida. Una ciudad que convirtió a un inmigrante polaco en empresario y a su carpintería familiar en símbolo de progreso. Hoy, al cumplir 75 años, la compañía mantiene operaciones en expansión y presencia en gran parte del territorio nacional.