exministra de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), Karen Abudinen, ha denunciado públicamente que ha sido víctima de una campaña de desprestigio y difamación en Twitter en relación con el desfalco en los Centros Poblados del país. Abudinen asegura que hackers rusos la destruyeron en Twitter y la acusaron de ser la autora del robo de 70 mil millones de pesos, cuando en realidad fue Emilio Tapia quien se apropió de ese dinero con documentos falsos. La exministra ha afirmado que su apellido se ha convertido en un verbo asociado al pillaje y la maldad.
Matt Taibbi, periodista norteamericano, ha analizado la existencia de cuentas que instrumentaron a millones de personas en todo el mundo y ha identificado 10 cuentas en Colombia que se convirtieron en la punta de lanza de una campaña de difamación contra varias personalidades del país, entre las que se encontraba Abudinen. Taibbi ha explicado que se utilizaron cuentas con una penetración conveniente y se crearon contenidos maliciosos que generaban tendencias y oleadas de matoneo.
Abudinen ha denunciado que la estrategia ha generado que su imagen se distorsione y termine siendo ella la culpable de un acto criminal cuando fue ella quien denunció el desfalco. La exministra ha analizado las cuentas que la atacaron y cruzó la data para descubrir cómo funcionó la estrategia que durante meses la puso en el ojo del huracán. Además, ha señalado que algunos funcionarios públicos, como la congresista de la Alianza Verde, Katherine Miranda, se aprovecharon de la situación para realizar campañas en su contra.
Miranda, por su parte, ha respondido a las declaraciones de Abudinen en Twitter, calificándola de cínica y rastrera y afirmando que la exfuncionaria fue llevada a un debate de moción de censura por su presunta implicación en el robo de los 70 mil millones de pesos. Abudinen ha acusado a Miranda de haber obtenido votos a través de su apellido y de haberse aprovechado de la situación para tener una votación importante en Bogotá.
El caso ha generado polémica en el país y ha llevado a algunos a cuestionar el papel de las redes sociales en la difusión de noticias falsas y la manipulación de la opinión pública. Abudinen ha afirmado que la campaña en su contra fue una "técnica de manipulación y de mentiras que busca el control del pensamiento". En un momento en el que la información y la desinformación circulan con igual facilidad en las redes sociales, el caso de Abudinen pone de relieve la necesidad de establecer mecanismos para prevenir y combatir la difusión de noticias falsas y manipulaciones en línea.