Gustavo Bolívar, renunció a su curul en el Congreso el pasado 31 de diciembre, el hoy exsenador aprovechó la oportunidad para hacer una grave denuncia en una entrevista con la revista Semana.
En la entrevista Bolívar explicaba que aunque quiere aspirar a la Alcaldía de Bogotá en 2023, primero debe escribir una novela y una serie para "pagar sus deudas", ya que "lo que gana uno en la política como salario no alcanza, en mi caso, para pagar ni siquiera los prediales y los impuestos", explicó.
Sin embargo, lo más impactante de la entrevista fue cuando el exsenador habló sobre una supuesta trata de personas en el Congreso. "Eso existe. Se va identificando. Uno empieza a ver que hay muchas niñas bonitas en diferentes ramas", dijo Bolívar.
Aunque no presentó pruebas ni reveló nombres de los supuestos responsables, aseguró que sus afirmaciones las hacía con base en cuatro denuncias que las presuntas víctimas le habrían hecho en su oficina. "Mi secretaria está de testigo. Ella fue la que me dijo que había unas niñas que querían hablar conmigo. Yo le dije: 'claro, las escucho'", añadió.
Sobre la manera en la que operarían los victimarios, Bolívar explicó que "para poderlas esclavizar sexualmente, les hacían contratos de dos o tres meses. Es más fácil para que vuelvan a estar con ellos que si los contratos se los hacen por un año. Las mantienen así, con contraticos chiquitos". Sin embargo, indicó que las presuntas víctimas no han accedido a hacer públicas sus denuncias "porque están casadas".
"El esposo no sabe lo que les toca hacer; a otras les da miedo que el novio las deje; otras tienen el temor de que no les vuelvan a dar empleo en ningún lado. Es terrible lo que pasa con la mujer y no solo en el Congreso, sino también en otras instancias de poder. El abuso hacia la mujer es bárbaro", le aseguró Bolívar al medio citado.
Bolívar, además, dijo que en esos testimonios hay congresistas involucrados. Aunque no dio nombres, reconoció sí saber quiénes son. Por último, el exsenador narró su experiencia al tener que ver y compartir con esos congresistas señalados en las denuncias que le hicieron las cuatro mujeres.
"Me daba mucha rabia y casi no les hablaba. Si a mí me gusta una persona, pues la conquisto. Obviamente, en los cinco años que estuve en el Congreso, nunca me involucré con nadie allá. Parecía un caballito, ni las miraba. Uno es tan de malas que uno se queda mirando a alguien y una cámara lo graba. Me parece grotesco, cuando uno tiene una posición de representatividad", concluyó.