Colombia - En medio de un ambiente político tenso, el presidente Gustavo Petro respondió contundentemente a las acusaciones formuladas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) respecto a irregularidades en la financiación de su campaña presidencial. Durante un evento público en El Carmen de Viboral, Antioquia, Petro se manifestó con firmeza, asegurando que su elección en 2022 fue legítima y que las denuncias del CNE son parte de un "golpe de Estado moderno" dirigido contra su gobierno. Esta declaración se produce en un contexto donde las críticas hacia su administración han aumentado.
El CNE ha formulado cargos contra Petro, indicando que su campaña superó los límites de financiación establecidos por la ley en 3.709 millones de pesos. Uno de los aspectos más destacados de la investigación es la falta de reporte de un aporte de 500 millones de pesos de la Federación Colombiana de Educadores (FECODE), así como un préstamo no declarado de 500 millones otorgado por el Partido Polo Democrático. Ambos elementos son cruciales para la transparencia en el financiamiento electoral y suscitan preocupaciones sobre la legalidad del proceso.
Además, se identificaron problemas en la declaración de gastos relacionados con la campaña, que incluyen 931 millones de pesos en pagos a testigos electorales y 1.249 millones en transporte aéreo. Estos hallazgos, que también abarcan irregularidades en la segunda vuelta electoral, han llevado al CNE a tomar acciones que podrían tener repercusiones significativas para la financiación de campañas en Colombia.
En su defensa, Petro subrayó que “están intentando quitarle el derecho político a la gente que votó por Petro, 11 millones y medio de personas, ni más ni menos, y el derecho político a Petro, porque es diferente, porque no se calla, porque dice verdades, así me equivoque muchas veces”. Reiteró que el golpe que ahora se busca no es un golpe de Estado como los que se hacían antaño, “de militares y cañones y tanques”, sino que se planea mediante otros métodos.
El presidente enfatizó que “al Ejército de Colombia y a la Fuerza Pública le he ordenado, como presidente constitucional de Colombia, no levantar una sola arma contra el pueblo. Sus enemigos son los bandidos, no el pueblo”. Con un ambiente político cargado de tensión, Petro concluyó su discurso asegurando: “El presidente llegará hasta donde el pueblo diga, no importa mi vida. Hasta donde el pueblo diga”. Además, recalcó: “Cinco politiqueros pagos no van a hundir la democracia en Colombia” sic.
El presidente lanzó una arenga: “Llegó el momento de moverse. No hubiera querido que fuera así. Lo advertí, pero no reaccionaron, no pensaron. Se creen con el derecho de burlarse del voto popular, y aquí no hay un pueblo arrodillado. Aquí no hay un pueblo aterrorizado”, afirmó. Advirtió que “aquí hay un pueblo que sabe que no puede seguir viviendo como lo han mantenido, y ustedes son testigos de ello, sino que aquí tiene que haber una nación que construya justicia, que construya libertad, que nos podamos entender entre diferentes, que los bandidos dejen el país, y los peores bandidos usan corbata y están en escritorio y se roban el dinero público”.