Barranquilla — La Arenosa da un nuevo golpe de credibilidad y se consolida internacionalmente tras la confirmación oficial de que será sede de la final única de la Copa Sudamericana 2026, un anuncio unánime del Consejo de la Conmebol que consolida a la capital del Atlántico como destino estratégico para eventos de gran escala. La decisión se formalizó en Lima, Perú, durante una reunión del Consejo de la Conmebol en la que el presidente Alejandro Domínguez hizo el anuncio oficial acompañado por el alcalde Alejandro Char y Ramón Jesurun, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol.
El mandatario distrital anunció la designación a través de su cuenta de X, agradeciendo al presidente de la Conmebol y al comité del organismo por la confianza depositada en Barranquilla. Según explicó, la ciudad asumirá esta responsabilidad con una operación técnica ajustada a los estándares continentales y una estrategia de hospitalidad enfocada en el visitante internacional.
La final se disputará el 21 de noviembre de 2026, en horario aún por confirmar, aunque tradicionalmente estos encuentros se programan en la noche para maximizar audiencias globales. El escenario será el Estadio Metropolitano Roberto Meléndez, actualmente con capacidad para cerca de 46.000 personas, pero con un proyecto de ampliación que lo llevará a bordear los 60.000 espectadores, convirtiéndolo en uno de los estadios de mayor aforo del país.
Desde la Conmebol, Alejandro Domínguez destacó que la votación fue unánime y argumentó que Barranquilla ofrece condiciones técnicas, logísticas y de experiencia probada para organizar un evento de estas características. Señaló además que la pasión del barranquillero por el fútbol y la proyección turística de la ciudad fueron factores determinantes para el respaldo del Consejo.
La designación llega en un momento en el que Barranquilla adelanta un plan de modernización de su infraestructura deportiva. En septiembre de 2025 se anunció una inversión aproximada de 250.000 millones de pesos destinada a la remodelación del Metropolitano. Las obras incluyen la eliminación de la pista atlética para acercar las tribunas al campo, renovación de zonas VIP, camerinos, túneles de acceso y adecuaciones para cumplir los parámetros exigidos para finales continentales.
El Distrito prevé que las obras inicien entre finales de 2025 y el primer trimestre de 2026, de acuerdo con el cierre de la temporada del Junior de Barranquilla. La meta es que las intervenciones estén concluidas antes del cronograma técnico definido por el organismo internacional.
La ciudad cuenta con un historial operativo que respalda la decisión. Además de ser sede habitual de la Selección Colombia en eliminatorias mundialistas, Barranquilla ha organizado competiciones regionales, torneos juveniles y eventos internacionales que consolidaron una capacidad logística valorada por la Conmebol. La final de ida de la Copa Sudamericana 2018, disputada por Junior y Athletico Paranaense, es uno de los antecedentes de mayor recordación. Barranquilla también acredita experiencia en la gestión de eventos de gran escala, como el Carnaval, reconocido por la Unesco y capaz de movilizar a miles de visitantes cada año, lo que respalda su madurez organizativa para asumir compromisos deportivos continentales.
El anuncio también proyecta un impacto económico significativo. Gremios del sector hotelero y comercial estiman que la final podría generar una derrama directa superior a 36.000 millones de pesos, acompañada de un movimiento de visitantes que podría alcanzar los 125.000 turistas entre aficionados, delegaciones, prensa internacional y personal logístico. Se espera además la creación de aproximadamente 25.000 empleos temporales vinculados a servicios, operación, transporte y hospitalidad.
En materia de movilidad, el Distrito trabaja en estrategias para el manejo de eventos de alta afluencia. La integración de transporte masivo, rutas especiales y planes de acceso vehicular harán parte del esquema operativo que se coordinará con autoridades nacionales y empresas privadas del sector transporte.
El gremio hotelero prevé niveles de ocupación cercanos al 90% durante la semana de la final, impulsados por turistas provenientes de distintos países sudamericanos. Restaurantes, operadores turísticos y establecimientos de entretenimiento proyectan una fuerte activación comercial durante el fin de semana del partido.
La elección también responde al interés de Barranquilla por consolidarse como epicentro de eventos deportivos y culturales de gran escala. Con este anuncio, la ciudad fortalece su aspiración de ser considerada sede de futuras finales continentales, incluidos torneos como la Copa Libertadores o eventos musicales de alta capacidad.
A nivel social, el Distrito contempla actividades de integración comunitaria orientadas a vincular a distintos sectores de la ciudad con el evento. Entre las opciones en evaluación figuran transmisiones públicas, programación cultural en plazas y corredores turísticos, así como actividades en barrios históricamente ligados al deporte.
El formato del torneo para 2026 mantiene su estructura tradicional: fase de grupos, octavos de final, cuartos, semifinales y la final única. Equipos colombianos como Junior, Millonarios o América podrían eventualmente disputar el título en el Metropolitano, dependiendo de su desempeño en las fases previas.
La confirmación desde Lima también marcó la recta final de un proceso que tomó fuerza desde septiembre de 2025, cuando la Conmebol decidió reubicar la final de ese año por retrasos en obras de infraestructura en Bolivia. En ese contexto, surgieron versiones que señalaban a Barranquilla como sede probable para 2026, una expectativa que finalmente se concretó tras visitas técnicas y evaluaciones operativas del organismo internacional.
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El Distrito y la Conmebol instalarán mesas técnicas en los próximos meses para definir el cronograma de obras, los requisitos de transmisión, los estándares de seguridad y los protocolos de operación. La coordinación con el Gobierno Nacional y el sector privado será clave para cumplir los plazos establecidos y garantizar un evento de escala continental.
Barranquilla se encamina así hacia uno de los momentos deportivos más relevantes de su historia reciente. Con la final de la Copa Sudamericana 2026, la ciudad apuesta por consolidar su posicionamiento regional y proyectarse como un destino confiable, competitivo y preparado para recibir a miles de aficionados de toda Sudamérica.
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