Barranquilla – La ciudad logró lo que parecía inalcanzable: reducir en un 100% las muertes maternas evitables de mujeres migrantes en embarazo, gracias al programa Voy a Ser Mamá, que atendió de manera integral a 426 gestantes venezolanas en condición irregular. El anuncio pone a Barranquilla en el centro del debate nacional sobre cómo innovar en salud pública frente a la migración.
El objetivo del programa fue claro desde el principio: garantizar atención médica oportuna y con calidad a mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad. Se buscaba prevenir muertes, mejorar indicadores de salud y abrir un modelo replicable en otros territorios con alta recepción de población migrante.
La clave estuvo en la metodología. El piloto se desarrolló bajo un esquema de Contrato Basado en Desempeño, también llamado Pago por Resultados. Es la primera vez que este modelo de financiación se aplica en salud en Colombia, y consistió en que los recursos se liberaban según el cumplimiento de metas verificables. Esto obligó a que los actores involucrados pusieran el foco en resultados tangibles.
La Fundación Santo Domingo lideró la iniciativa, con la Secretaría Distrital de Salud de Barranquilla, MiRed IPS, la Universidad Simón Bolívar y la organización Instiglio como aliados estratégicos. Cada institución jugó un rol distinto, pero complementario: desde la financiación y ejecución hasta el seguimiento académico y la sistematización de aprendizajes.
Durante el último año, las 426 mujeres atendidas recibieron controles en ginecología y obstetricia, consultas de medicina general, odontología, nutrición, psicología y enfermería. El acompañamiento fue constante y personalizado, con un equipo interdisciplinario de MiRed IPS que se encargó de identificar riesgos materno perinatales y darles respuesta inmediata.
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El resultado fue contundente: cero muertes maternas directas evitables en mujeres migrantes durante el tiempo de implementación del proyecto. Este dato no solo impacta en las estadísticas, sino que representa vidas salvadas y familias protegidas en un contexto marcado por la vulnerabilidad.
La Fundación Santo Domingo destacó el valor del modelo. “La inversión social, tanto pública como privada, se está transformando para responder a los desafíos de este siglo. La Financiación Basada en Resultados es uno de los mecanismos con los que movilizamos innovación financiera en sectores como empleo, medioambiente, educación y salud. Voy a Ser Mamá reafirma nuestro compromiso de impulsar proyectos que generen bienestar en las familias y abran camino a modelos replicables”, señaló Daniel González, director de Inversión de Impacto de la entidad.
Desde la Secretaría Distrital de Salud también se resaltó el impacto del piloto. “Es una experiencia muy exitosa que coloca a Barranquilla nuevamente como referente de que, cuando se unen esfuerzos, es posible transformar indicadores y avanzar en la salud y bienestar de las personas”, expresó Carlos Cervantes, secretario de Salud encargado.
El proyecto no solo garantizó servicios médicos. También abrió una Ruta Materno Perinatal para población en condición irregular, algo que no siempre está disponible en sistemas locales de salud. Según Hernán Valle, coordinador de Ginecología de MiRed IPS, “este proyecto piloto consolida el modelo de salud inclusivo de Barranquilla, en el cual se llega a las personas y familias de alta vulnerabilidad, salvando vidas y mejorando condiciones de acceso con calidad”.
La Universidad Simón Bolívar aportó el rigor académico necesario para medir los resultados. Su equipo de investigadores hizo seguimiento a indicadores y propuso mejoras para futuras implementaciones. “Aunque sea un piloto, este proyecto es un ejemplo de intervención de gran impacto y lo podemos presentar ante la comunidad internacional. Quedó demostrado que estas modalidades de contratación en salud pueden generar mejores resultados y procesos de mejoramiento continuo”, afirmó José Rafael Consuegra, rector encargado de Unisimón.
Instiglio, por su parte, se encargó de sistematizar la experiencia y elaborar un documento con las lecciones aprendidas. “Este proyecto representa una oportunidad única. Al ser la primera vez que se implementa un programa de este tipo en Colombia, abrió una ventana para repensar cómo se incentiva la atención preventiva en contextos altamente regulados. Aunque hay oportunidades de mejora, quedó demostrado que alinear el enfoque hacia resultados puede transformar rutas de atención y salvar vidas”, explicó Sebastián Chaskel, socio adjunto de la firma.
Los testimonios de las gestantes atendidas también reflejan la dimensión del impacto. Muchas de ellas, en condición de irregularidad migratoria, no tenían acceso garantizado a controles médicos. Con este piloto lograron un acompañamiento constante, lo que redujo complicaciones y permitió embarazos más seguros.
El éxito del programa también se relaciona con la capacidad de coordinación entre sectores. No fue solo un asunto de salud pública, sino de cómo actores privados, académicos y técnicos se unieron en torno a un objetivo común. Esta articulación es la que hoy se plantea como base para escalar la iniciativa.
El modelo de Contrato Basado en Desempeño ha sido usado en otros países para proyectos sociales y ambientales, pero no en salud pública en Colombia. Barranquilla se convierte así en un caso de estudio para evaluar cómo los incentivos financieros atados a resultados pueden mejorar la eficiencia en la prestación de servicios.
La experiencia deja abierta la posibilidad de que ciudades como Bogotá, Cali o Medellín adopten este esquema en programas dirigidos a población vulnerable, especialmente migrantes. En contextos donde los sistemas locales de salud cargan altos costos por la atención de gestantes irregulares, un modelo como este puede ofrecer sostenibilidad y resultados verificables.
Más allá de las cifras, el piloto resalta la importancia de incluir a las poblaciones más vulnerables en rutas de atención médica. La experiencia de Barranquilla muestra que es posible transformar realidades con innovación, alianzas sólidas y un enfoque en resultados concretos.
La conversación ahora gira en torno a cómo replicar este modelo en otros territorios. Los documentos elaborados por Instiglio y las evaluaciones de Unisimón ya circulan entre entidades del sector salud interesadas en aprender de la experiencia. El reto será adaptar la fórmula a las particularidades de cada región.
En medio de la presión que enfrenta el sistema de salud colombiano, el programa Voy a Ser Mamá deja sobre la mesa una lección clara: cuando las intervenciones se diseñan con objetivos precisos y mecanismos de control efectivos, los beneficios llegan no solo a las estadísticas, sino a la vida de las personas.
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