Londres D.C. - Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, fue liberado de la prisión de máxima seguridad de Belmarsh en Londres tras llegar a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos que le permitirá evitar la extradición a ese país. Este acuerdo, anunciado el pasado lunes, marca un momento significativo en la prolongada batalla legal y diplomática que ha enfrentado Assange desde 2010.
Assange, de 52 años, ha pasado los últimos cinco años encarcelado en el Reino Unido, resistiendo los intentos de extradición por parte de Estados Unidos, que lo requería por la publicación masiva de documentos confidenciales a través de WikiLeaks. Su detención en 2019, tras ser retirado el asilo por Ecuador, fue el último capítulo de una saga legal que ha involucrado múltiples países y generó un debate global sobre la libertad de expresión y los límites del periodismo investigativo.
El acuerdo alcanzado establece que Assange se declarará culpable de un delito de espionaje ante una corte en las Islas Marianas del Norte, un territorio estadounidense en el Pacífico. Según fuentes judiciales, aceptará una pena de 62 meses de cárcel, aunque no permanecerá bajo custodia estadounidense debido al tiempo que ya ha cumplido en prisión en el Reino Unido.
La noticia de su liberación fue anunciada por WikiLeaks a través de un comunicado, donde se detalló que Assange fue puesto en libertad bajo fianza por el Tribunal Superior de Londres y posteriormente partió del Reino Unido desde el aeropuerto de Stansted. Imágenes compartidas por la organización mostraron a Assange vistiendo jeans y una camisa azul, siendo trasladado al aeropuerto antes de abordar un vuelo hacia su país natal, Australia.
Stella Assange, esposa de Julian, expresó su gratitud hacia los seguidores que apoyaron la causa durante años. En declaraciones a la BBC, describió el momento como "un torbellino de emociones" y afirmó que existe un acuerdo preliminar entre Julian y el Departamento de Justicia de EE.UU., que debe ser ratificado por un juez en las Islas Marianas del Norte para hacerse efectivo.
El destino de Assange, conocido por su papel en la publicación de documentos que revelaron secretos militares y diplomáticos de Estados Unidos, ha sido objeto de intensos debates políticos y legales. En 2010, WikiLeaks ganó notoriedad mundial al divulgar imágenes de civiles iraquíes siendo atacados desde un helicóptero estadounidense, seguido por la filtración masiva de documentos clasificados sobre las guerras en Irak y Afganistán.
La decisión de Assange de declararse culpable en un tribunal de las Islas Marianas del Norte, lejos del continente estadounidense, refleja su profunda desconfianza hacia las autoridades de Washington, a las cuales ha acusado en múltiples ocasiones de conspirar en su contra. Según informes, el avión que lo transporta hará una escala en Bangkok antes de dirigirse a Saipan, donde se llevará a cabo el proceso judicial.
El presidente australiano, Anthony Albanese, manifestó su apoyo a la liberación de Assange y expresó el deseo de que regrese a Australia. Acompañado por el Alto Comisionado de Australia en el Reino Unido y el embajador de Australia en Estados Unidos, Assange enfrentará el proceso en las Islas Marianas del Norte con el respaldo diplomático de su país de origen.
La historia de Assange no está exenta de controversias. Admirado por algunos como un defensor incansable de la verdad y criticado por otros que lo ven como un provocador que pone en riesgo la seguridad nacional, Assange ha mantenido una presencia nómada desde que fundó WikiLeaks en 2006. Sus revelaciones han desencadenado debates sobre la transparencia gubernamental y la libertad de prensa en la era digital.
El caso de Assange ha involucrado a múltiples actores internacionales y ha puesto a prueba los límites legales sobre la persecución de informantes y periodistas que divulgan información clasificada. Con su liberación inminente y el acuerdo para evitar la extradición, Assange podría encontrar en Australia un nuevo capítulo en su larga lucha legal, mientras el mundo sigue atento a los desarrollos en este caso emblemático de la era digital y los derechos humanos.