Han pasado un año y cuatro meses desde que el expresidente Iván Duque y la gobernadora Elsa Noguera cortaran la cinta de la inauguración del muellecito de 200 metros con la plaza de 30.000 metros cuadrados, edificados por una inversión de más de 20.000 millones.
Estas modernas obras de incentivo al turismo porteño se iniciaron el 5 de julio de 2019 cuando la empresa Colombo francesa Daletanche Bachy Cimas inició la demolición completa por encargo del entonces gobernador Eduardo Verano de la Rosa, del triste muelle que por el embate de la naturaleza se partió en cinco pedazos entre el 2009 a 2012, borrándose su testimonio material del otrora tercer muelle más largo del mundo con una longitud de 1.392 metros lineales, de los cuales 1.183 corresponden a un viaducto con una vía férrea y muelle de 208 metros por el que podían atracar 4 barcos en ambos lados sobre una amplia bahía resguardada por la isla Verde que con el correr de los años se deterioró hasta desaparecer por la acción de la construcción de las obras de Bocas de Ceniza en las décadas del veinte y treinta del siglo XX.
Por estos días calurosos fuimos en compañía de nuestra cotorra a observar la gigantesca plaza y pequeño muelle, cuyo paisaje urbano se amplía con la construcción del centro gastronómico internacional por la ingente gobernadora Noguera de la Espriella.
Y después de recorrer la plaza sentimos que falta más arborización para ser más amable el paseo de turistas y visitantes ante el inclemente sol porteño, y notamos que falta construir un centro de memoria visual sobre la historia del coloso muelle donde los concurrentes observen videos, films, fotografías y noticias periodísticas del que fue el principal muelle de entrada al país y a la denominada puerta de Oro de Colombia que creció y se desarrolló grácias a esta colosal obra de ingeniería de Francisco Javier Cisneros hasta la apertura de Bocas de Ceniza en el mes de mayo de 1936.
La gobernadora tiene la última palabra para hacer más dialogante esta obra modernizadora sin precedentes con el derecho al disfrute de la memoria visual del muelle de Puerto Colombia.