México - Claudia Sheinbaum ha sido elegida nueva presidenta de México, marcando un nuevo capítulo en la historia del país al convertirse en la primera mujer y persona judía en ocupar el cargo más alto de la nación. La científica ambiental y exjefa de gobierno de Ciudad de México ganó las elecciones del domingo con una victoria contundente, obteniendo al menos el 58% de los votos, según los resultados preliminares del conteo rápido.
Sheinbaum, de 61 años, ha prometido continuar el legado de su mentor, el actual presidente Andrés Manuel López Obrador. Su campaña, centrada en la continuidad de las políticas de López Obrador, ha resonado fuertemente con los votantes, consolidando su apoyo en un momento clave para el país. Su victoria representa un avance en términos de igualdad de género y diversidad religiosa, y un fuerte respaldo a la administración saliente de López Obrador.
La jornada electoral fue notable no solo por la elección de Sheinbaum, sino también por la participación récord de votantes y la mayor cantidad de cargos disputados en la historia del país. “Queremos que trabaje como Obrador”, expresó Gloria María Rodríguez, una mujer de 78 años de Tabasco, reflejando el sentir de muchos votantes que ven en Sheinbaum la continuidad de las políticas sociales y económicas implementadas en los últimos seis años.
En su discurso de victoria, Sheinbaum destacó la importancia de su elección. “Por primera vez, en 200 años de la República, me convertiré en la primera presidenta de México”, afirmó, reiterando su compromiso de trabajar por todos los mexicanos. Además, agradeció las felicitaciones de sus rivales, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, quienes reconocieron su triunfo poco después de que se anunciaran los resultados preliminares.
Sheinbaum, con un doctorado en ingeniería energética y una carrera destacada en política y academia, ha sido una figura prominente en la política mexicana. Su ascenso ha estado marcado por su estrecha alineación con López Obrador, apoyando muchas de sus políticas más controvertidas. Esta lealtad ha sido tanto una fortaleza como un desafío, ya que algunos críticos argumentan que Sheinbaum podría ser una extensión del actual presidente. “Está esta idea de que yo no tengo personalidad”, respondió Sheinbaum a tales críticas durante la campaña, subrayando su independencia y visión propia.
El nuevo mandato de Sheinbaum comienza en un contexto de desafíos significativos. La violencia de los cárteles sigue siendo un problema grave, con decenas de candidatos locales asesinados en los últimos meses. Carlos Ortiz, un funcionario local de Iztapalapa, expresó su deseo de cambio debido a esta violencia: “Quiero que todo cambie. Ya no quiero un país encendido”. López Obrador ha adoptado una estrategia de abordar las causas subyacentes de la violencia en lugar de enfrentarse directamente a los cárteles, una política que Sheinbaum ha prometido continuar, pero con un enfoque renovado en la reducción de la impunidad y el fortalecimiento de la Guardia Nacional.
En el ámbito económico, México se beneficia actualmente de su estrecha relación comercial con Estados Unidos y el reciente distanciamiento de la manufactura desde China. Sin embargo, el país enfrenta problemas fiscales, con un déficit creciente y la empresa petrolera estatal Pemex bajo una carga de deudas significativa. Mariana Campos, directora de México Evalúa, advirtió sobre los riesgos fiscales actuales: “No habíamos estado desde hacía décadas en un riesgo fiscal como el que estamos corriendo en este momento”. Sheinbaum deberá equilibrar sus promesas de campaña con las restricciones fiscales existentes, buscando maneras de financiar nuevas escuelas públicas, clínicas de salud y programas de bienestar.
Además, la gestión de infraestructuras clave por parte de las fuerzas armadas, como puertos, aeropuertos y el Tren Maya, será un tema crucial. Sheinbaum ha indicado que no existe “militarización” en el país, pero ha sugerido que está dispuesta a reevaluar la implicación militar en estas áreas. La relación con Estados Unidos, particularmente con la posibilidad de un cambio en la presidencia estadounidense, también será un desafío importante. Sheinbaum ha asegurado que México mantendrá “buenas relaciones” tanto con el presidente Joe Biden como con su posible sucesor, Donald Trump, a pesar de las diferencias políticas y económicas que puedan surgir.
Los votantes han expresado su confianza en la capacidad de Sheinbaum para enfrentar estos retos. Daniela Mendoza, una psicóloga de Villahermosa, elogió a Sheinbaum por su continuidad con López Obrador, pero con potenciales mejoras: “Claudia sigue la línea, quizás con mejores ideas”, afirmó. La elección de Sheinbaum como la primera mujer presidenta de México es un logro significativo y marca el inicio de una nueva era en la política mexicana.
Sheinbaum asumirá el cargo en octubre, enfrentando grandes expectativas y desafíos en su camino. La confianza depositada por los votantes será fundamental para abordar los problemas de seguridad, económicos y de política exterior que México enfrenta.