Colombia - A partir de este sábado 31 de agosto de 2024, el precio del galón de ACPM sufrirá un ajuste de $1.904, según lo anunciaron los Ministerios de Minas y Energía, y Hacienda y Crédito Público. Esta medida, que busca aliviar la presión fiscal sobre el Estado, se espera que genere un ahorro de $1,6 billones en lo que queda del año.
La decisión de ajustar el precio del ACPM responde a la necesidad de corregir un déficit fiscal que ha sido "histórico" para la Nación, agravado por los subsidios otorgados a los combustibles fósiles. El Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), que cubre una parte significativa del costo del diésel que pagan los consumidores, ha generado un desbalance acumulado cercano a $115 billones. El impacto de este déficit recae principalmente en el ACPM, cuya venta a un precio por debajo de su costo real se ha vuelto insostenible para las finanzas del país.
El ajuste en el precio del ACPM, aunque significativo, ha sido calculado para minimizar su impacto en la inflación, la cual se estima que podría aumentar en 0,3 puntos porcentuales para el cierre del 2024. Según el equipo económico del Gobierno nacional, este incremento en la inflación es un sacrificio necesario para evitar un mayor deterioro de las finanzas públicas y garantizar la estabilidad macroeconómica del país.
El aumento en el precio del galón de ACPM se debe, en gran parte, al incremento del ingreso al productor del diésel, el cual se ha fijado en $2.000 adicionales por galón. Esta medida, que entra en vigor inmediatamente, refleja la necesidad de ajustar los precios internos del combustible a las realidades del mercado internacional y las necesidades fiscales del país.
El Gobierno ha destacado que los subsidios al diésel, que han contribuido significativamente al déficit del FEPC, benefician desproporcionadamente a los sectores de mayores ingresos. Según estimaciones del Ministerio de Hacienda, las personas pertenecientes al 10% más rico de la población reciben diez veces más beneficios del FEPC que las personas del 10% con menores ingresos. Este desequilibrio pone de manifiesto la ineficiencia e inequidad del actual esquema de subsidios, que además contraviene los objetivos de la transición energética y la descarbonización de la economía.
El ajuste en el precio del ACPM también es visto como un paso hacia la eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles, los cuales son inconsistentes con las metas de sostenibilidad ambiental del país. El Gobierno ha reafirmado su compromiso con la transición energética, subrayando la necesidad de alinear las políticas fiscales con los objetivos de reducción de emisiones de carbono.
Junto con el ajuste en el precio del ACPM, el Gobierno también ha anunciado una ligera variación en el precio de la gasolina. A partir del 31 de agosto, el precio del galón de gasolina aumentará en $8. Este incremento, relativamente modesto, se debe a las condiciones estables del mercado internacional de insumos fósiles y a la metodología utilizada para fijar el precio del alcohol carburante.
El ajuste en el precio de la gasolina contrasta con el más pronunciado aumento del ACPM, reflejando las diferencias en la estructura de costos y la presión fiscal que enfrenta cada uno de estos combustibles. Aun así, el Gobierno ha subrayado que la estabilidad en los precios de la gasolina es fundamental para mantener bajo control el impacto inflacionario general, en un contexto económico que sigue siendo desafiante.
Con los ajustes anunciados, los precios del galón de ACPM y gasolina en las 13 principales ciudades del país se verán alterados. En Bogotá, por ejemplo, el precio del galón de ACPM alcanzará los $11.664, mientras que en Barranquilla se ubicará en $11.358. La gasolina, por su parte, presentará un precio promedio de $15.576 en estas ciudades.
Este ajuste de precios refleja no solo la necesidad de corregir los desbalances fiscales, sino también de adaptarse a las dinámicas del mercado internacional de combustibles. El Gobierno ha enfatizado que estos ajustes son parte de un esfuerzo más amplio para garantizar la sostenibilidad fiscal y económica del país en el mediano y largo plazo.
El ajuste en los precios de los combustibles, aunque necesario, plantea desafíos significativos para la economía colombiana. La inflación, que ya ha sido un problema recurrente en los últimos años, podría verse exacerbada por estos incrementos, afectando el poder adquisitivo de los ciudadanos. Sin embargo, el Gobierno sostiene que estas medidas son indispensables para evitar un colapso fiscal que tendría consecuencias aún más graves para el país.
La transición hacia una economía más sostenible también enfrenta obstáculos, ya que la eliminación de subsidios a los combustibles fósiles podría encontrar resistencia en sectores que dependen en gran medida de estos subsidios. No obstante, el Gobierno ha reafirmado su compromiso con la descarbonización y la transición energética, subrayando que estos cambios son necesarios para garantizar un futuro más sostenible y equitativo.
A medida que el país avanza hacia un futuro más sostenible, las decisiones difíciles, como el ajuste en los precios de los combustibles, serán cada vez más comunes. El Gobierno ha señalado que estos ajustes son parte de un esfuerzo más amplio para garantizar la estabilidad fiscal y económica del país, al tiempo que se avanza hacia una economía más justa y sostenible. Con la implementación de estas medidas, Colombia se prepara para enfrentar los desafíos económicos y ambientales que se avecinan, en un contexto global cada vez más incierto.
Los colombianos deben prepararse para un periodo de ajuste, en el cual las medidas fiscales y económicas del Gobierno jugarán un papel crucial en la estabilidad del país. Con el enfoque puesto en la sostenibilidad y la equidad, estas medidas marcarán el rumbo del país en los próximos años, en un esfuerzo por asegurar un futuro más prometedor para todos.