Medellín - El partido entre Atlético Nacional y Junior de Barranquilla, que prometía ser uno de los más emocionantes de la jornada 10 de la Liga BetPlay-II 2024, terminó de manera abrupta y escandalosa. Lo que empezó como un duelo vibrante en el Atanasio Girardot, con Nacional imponiéndose 2-0, se convirtió en un verdadero caos cuando las barras de ambos equipos desataron una violenta confrontación en las tribunas.
Los disturbios estallaron tras el segundo gol del equipo antioqueño, cuando un grupo de hinchas de Atlético Nacional comenzó a atacar a los seguidores del Junior con cuchillos y otros objetos contundentes. En medio de la confusión y el pánico, decenas de fanáticos rojiblancos se vieron obligados a invadir el terreno de juego para huir de la violencia en las gradas, buscando refugio en el campo. Puños, banderas y armas blancas fueron utilizadas en un enfrentamiento que dejó a muchos asistentes en estado de pánico y provocó la suspensión inmediata del partido. Ante la falta de garantías de seguridad, el árbitro Nolberto Ararat no tuvo más opción que detener el juego, mientras la situación en las tribunas se volvía incontrolable.
El ambiente en el estadio pasó de la tensión típica de un clásico entre Nacional y Junior a una verdadera pesadilla para los hinchas del equipo barranquillero, quienes se vieron acorralados en un escenario hostil. Las medidas de seguridad fueron insuficientes para contener la violencia, y los fanáticos rojiblancos, muchos de ellos familias que habían viajado desde Barranquilla, se vieron obligados a correr al campo para protegerse.