Tres futbolistas del Once Caldas han sido capturados por la Policía en la ciudad de Manizales por el delito de extorsión. Los jugadores, identificados como Santiago Mera, Debinson Mateus y Guy Esteban García, exigieron 500.000 pesos a una estudiante a cambio de devolverle el celular que le habían hurtado días antes en una discoteca.
El robo del celular ocurrió el 2 de abril en una discoteca de la capital caldense. La víctima, una estudiante española, se dio cuenta de que su móvil había desaparecido días después del robo, cuando recibió una llamada de uno de los acusados exigiéndole 500.000 pesos a cambio de devolverle el dispositivo. La víctima acordó encontrarse con los extorsionistas cerca de un centro comercial, mientras daba aviso a la Policía que coordinó el operativo para capturarlos.
El comandante de la Policía Metropolitana de Manizales, el coronel Diego Fontal, señaló que "los victimarios amenazaban con vender el celular si la afectada no entregaba la suma de dinero exigida". El Gaula, al tener conocimiento de cada llamada de los individuos, acompañó a la mujer a la cita en el sector del Cable, en la zona rosa de Manizales, donde se dio la captura sobre las 9:30 de la noche.
Comunicado de Prensa Once Caldas
Es importante recordar que los jugadores tienen derecho a la presunción de inocencia y a la defensa, como lo ha señalado el Once Caldas en su comunicado oficial.
Comunicado oficial #OnceCaldas pic.twitter.com/hy3jnJAxGE
— Once Caldas (@oncecaldas) April 10, 2023
Sin embargo, la justicia debe seguir su curso para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades correspondientes. Esperamos que la investigación sea transparente y que se llegue a una pronta resolución del caso.
Este tipo de situaciones no solo afectan la imagen del equipo de fútbol, sino que también afectan la reputación del deporte en general. Es necesario que los jugadores sean conscientes de que su conducta debe ser ejemplar dentro y fuera del campo de juego, ya que su papel en la sociedad es importante y pueden ser considerados como modelos para los jóvenes y aficionados al deporte. Asimismo, las instituciones deportivas deben tomar medidas para garantizar que sus jugadores cumplan con un código ético y moral, y fomentar una cultura de integridad y respeto.
Esperamos que este caso sirva como una lección para todos los jugadores y deportistas, y que se tomen medidas para prevenir este tipo de comportamientos en el futuro. La ética y la honestidad son valores fundamentales en cualquier ámbito de la vida, y deben ser promovidos en el deporte para asegurar que se mantengan los principios y la integridad que lo hacen tan importante y valioso para la sociedad.