Washington, Usa - En el complejo escenario diplomático de América, uno de los nombres que destaca en la carrera por suceder a Luis Almagro en la Organización de Estados Americanos (OEA) es el del expresidente colombiano, Iván Duque. A pesar de que las elecciones para elegir al nuevo secretario general se celebrarán en más de un año, Duque se presenta como una figura de peso en el juego político que se desarrolla en los pasillos de la sede de la organización regional en Washington.
Las conversaciones entre los países revelan que, aunque no se han formalizado propuestas, el nombre de Iván Duque gana relevancia como posible candidato. Su presencia en Washington colaborando con el Wilson Center le otorga una posición estratégica, pero enfrentaría desafíos similares a los de Luis Almagro en 2020 si decidiera postularse: la falta de respaldo gubernamental, ya que su país mantiene un enfrentamiento significativo con Gustavo Petro, quien es el actual presidente de la República.
Duque, con experiencia en la política internacional, se suma a la lista de aspirantes en un contexto donde la diversidad de género también se considera crucial para la secretaría general de la OEA. Aunque otros nombres como Laura Chinchilla y Isabel de Saint Malo destacan en las primeras especulaciones, la posible postulación de Duque genera expectativas y cuestionamientos en la región.
México, una potencia en el continente, se encuentra también en medio de estas conversaciones. A lo largo de los 77 años de existencia de la OEA, nunca ha tenido un secretario general. Las negociaciones previas a la reelección de Almagro rescatan el nombre de Alicia Bárcena, actual canciller del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Bárcena, con experiencia en organismos internacionales, se presenta como una opción relevante en este proceso, especialmente en un año marcado por las elecciones presidenciales en México.
A pesar de los numerosos aspectos por definir en este intrincado proceso, la figura de Iván Duque adquiere protagonismo en las discusiones sobre el futuro de la OEA. No solo por su experiencia y colaboración en Washington, sino también por la incertidumbre política que rodea su eventual postulación. La distinción entre las conversaciones con Joe Biden en la Casa Blanca y las que podrían haberse llevado a cabo con Donald Trump destaca la complejidad del escenario. Aunque el destino de la OEA se mantiene en una fase de incertidumbre, la posible participación de Duque agrega un elemento intrigante a esta etapa inicial del proceso de sucesión.