Los seres humanos siempre han encontrado maneras creativas de disfrutar su sexualidad, solos o en compañía; pero con el pasar de los años, en esta era 2.0, la tendencia es que se vale todo: Sexo con amor, sin amor, solo, en pareja, tríos, cuartetos, orgías.
Ante las posibilidades infinitas, expertos consideran que mientras haya consentimiento y validación para algunos lo que puede resultar excitante y placentero, para otros es extraño y hasta enfermizo.
Los comportamientos sexuales en los que se necesitan de un objeto, una parte del cuerpo no genital, o de situaciones atípicas, o poco convencionales para excitarse u obtener placer, se les conocen como fetiches.
Investigando encontré un listado de prácticas sexuales poco habituales. Así que les dejo una advertencia: Por favor No las practiquen en casa:
Somnofilia: La persona se excita o llega al orgasmo cuando mantiene relaciones sexuales con una persona dormida. También puede ser que solo se masturbe mientras la observa dormida. La excitación aumenta con el temor que la persona despierte y ser descubierto.
El doctor Ian Kerner, terapista sexual de Nueva York, llama a esta práctica: “el fetiche de la bella durmiente” y afirma que “se trata de poder y sumisión para los dos lados, teniendo a alguien bajo tu control y/o ser sometido totalmente”.
Clismafilia: Personas que obtienen placer sexual a través de enemas anales (introducción de líquidos). No es un fetiche compartido, porque en general la persona lo practica así mismo.
Acrotomofilia: Es el deseo sexual por alguien que tiene alguna parte de su cuerpo amputada (muñones). Por lo general, se sienten atraídos más por las amputaciones de las piernas que de los brazos. Hay un grupo que está entre la admiración y el deseo sexual, mientras que otros envidian las lesiones ajenas.
En casos extremos y patológicos, los acrotomofílicos terminan amputándose uno de sus propios miembros.
Salirofilia: La persona se excita cuando ensucia o denigra a la otra persona con la que va a tener sexo. Según expertos, este fetiche abarca otros como el bukeke, un grupo de hombres eyaculan en el cuerpo de la mujer; la salofilia, la excitación con fluidos corporales como saliva, sudor o semen; o la emetofilia, excitarse con el vómito.
Coprofilia: Es la excitación sexual que sienten algunas personas por las heces. Obtienen placer al oler, saborear, tocar e incluso presenciar el acto de defecar. Esta actividad erótica puede practicarse en solitario o en compañía. Algunos coprófilos practican la coprofagia (ingesta de heces).
Urofilia: También conocida como la ‘lluvia dorada’, las personas se excitan orinando en público, orinándose encima, observando como orinan a otros y les gusta ser orinados por otras personas.
El parcialismo: Es la excitación por una parte especifica del cuerpo en especial los pies, las manos y las axilas; es un fetiche de los más comunes, y el placer se produce al acariciar, besar, chupar, mirar, lamer, oler o tocar.
El más común es el fetiche de los pies conocido como podofilia; el de las axilas, maschalagnia; nasofilia, por la nariz; y la tricofilia, fetiche por el cabello.
Agalmatofilia: Es la atracción sexual y sentimental que sienten algunas personas por estatuas o muñecas.
Infantilismo: La persona tiene un fetiche por los pañales y actúa como un bebé. Es un comportamiento más común en hombres que en mujeres. El doctor Kerner explica que son un tótem que representa la infancia y la libertad.
Hibristofilia: Es la atracción de algunas mujeres por criminales que incluso se encuentran en la cárcel. Este fenómeno ocurre de acuerdo con Kerner: “usualmente si el criminal es atractivo y ha tenido presencia en los medios y ha ganado cierta notoriedad”, es el gancho.
Sin embargo, hay casos en lo que no sienten atracción por criminales, pero si por “chicos malos”.
Claustrofilia: La claustrofobia es el miedo a los espacios cerrados, pero este sería su opuesto. Es la excitación que sienten algunas personas por tener sexo en lugares pequeños como los baños, es el sitio favorito para esta práctica.
Odaxelagnia: Uno de los rasgos de este fetiche es sentir deseo sexual de morder a su pareja. ¿Quién no lo ha hecho?.
Dacryfilia o dacrilagnia: Un estudio reciente reveló que las lágrimas inhiben el deseo sexual; sin embargo, a muchas personas los excita hacer llorar a su pareja.
Autoandrofilia: Algunas mujeres se excitan vistiéndose como hombres o fantasean que es un hombre durante el preámbulo y el acto sexual. Pueden ser mujeres heterosexuales y homosexuales.
Muchas parejas quieren tener nuevas experiencias sexuales y es válido mientras exista entre ambos el consentimiento y el deseo. Sin embargo, también es necesario tener límites en lo que se refiere a prácticas sexuales no convencionales; se vale todo, pero no terminar en la urgencia de una clínica.
Como lo advierte el doctor Kerner: “Todos los fetiches y compulsiones sexuales tienen el potencial de volverse patológicas”.