Barranquilla – En menos de dos años, la ciudad ha evitado que más de 38.000 toneladas de CO₂ contaminen el ambiente, gracias a una estrategia que combina limpieza urbana, pedagogía ambiental y acción comunitaria.
La campaña 'Barranquilla Limpia y Linda', impulsada por el alcalde Alejandro Char, ha logrado reducir 38.682 toneladas anuales de CO₂ que antes se liberaban por acumulación de basuras en espacios públicos. El dato es parte de los resultados del Plan de Desarrollo Distrital, que incluye acciones climáticas con impacto directo en los barrios.
Uno de los pilares ha sido la erradicación de puntos críticos de disposición ilegal de residuos. Solo en 2025, el Distrito ha intervenido 25 de los 45 puntos priorizados. En total, se han recuperado 45.464 metros cuadrados que estaban degradados y que hoy son zonas limpias, con mejor movilidad y más seguridad para peatones y vecinos.
"Con la recuperación de estos espacios reducimos la huella de carbono de Barranquilla y transformamos entornos clave para la salud, la convivencia y la seguridad", afirmó el alcalde Alejandro Char. Según datos oficiales, al menos 57.347 barranquilleros se han beneficiado directamente con estas intervenciones.
Los barrios con mayor participación comunitaria han sido La Concepción, Olaya Herrera, Barrio Abajo, Siape, Las Flores, Las Nieves, La Floresta, Villas de La Cordialidad, Barrio Montes, Ciudad Modesto y parte del Corredor de Ciudadela 20 de Julio, en el tramo de la calle 49 entre carreras 4 y 2F.
La jefa de la Oficina de Servicios Públicos, Dina Luz Pardo, destacó que uno de los avances claves ha sido la consolidación de una comunidad más comprometida con la limpieza urbana. "Una de nuestras principales tareas como Distrito es fomentar el compromiso ciudadano y denunciar prácticas inadecuadas, como entregar residuos a recolectores informales o sacarlos fuera de horario", señaló.
La estrategia se apoya en acción educativa dentro de las escuelas oficiales del Distrito. Durante 2024, se intervinieron 28 colegios, impactando a 16.085 estudiantes y recolectando 8.520 kilogramos de materiales aprovechables. Para 2025, se proyecta llegar a 34 instituciones con una cobertura estimada de 20.270 estudiantes y una meta de 9.654 kilogramos reciclables.
El objetivo es promover una cultura de separación en la fuente y de economía circular desde edades tempranas. Estas acciones educativas han sido acompañadas por la empresa Triple A, que ejecuta las estrategias 'Mi Colegio Limpio' y 'Mi Cuadra Ejemplar'. Ambas iniciativas se enfocan en fortalecer la educación ambiental desde los entornos escolares y comunitarios.
Triple A reportó que en 2024 llegó a 38 colegios y 7.968 estudiantes. Para el cierre de 2025, se espera cubrir 71 instituciones y beneficiar a 10.000 estudiantes. A corte de junio, ya se han intervenido 36 colegios y sensibilizado 7.311 estudiantes, lo que indica un avance sostenido de las campañas.
Otro eje de acción ha sido el paisajismo y la siembra de árboles. Junto a la iniciativa Siembra Más, se han recuperado zonas urbanas como la glorieta de la calle 30 con carrera 46, la calle 10 en Barranquillita, la rotonda de la calle 98, mercados públicos y varios parques.
En estos espacios se han sembrado 2.752 nuevos árboles durante esta administración, sumando un total superior a 200.000 especies arbóreas en el Distrito. En términos de jardinería urbana, se han intervenido 102.878 metros cuadrados, que contribuyen a un total acumulado de 785.504 metros cuadrados con paisajismo.
Estas acciones no solo reducen la temperatura urbana, sino que también mejoran la calidad del aire, incrementan la biodiversidad en la ciudad y generan espacios públicos más agradables y funcionales.
Los beneficios ambientales de estas iniciativas han sido tangibles. Además de evitar emisiones contaminantes, permiten embellecer zonas urbanas y crear conciencia ciudadana. Las cifras muestran que la estrategia va más allá del embellecimiento: se trata de mitigar el impacto del cambio climático en una ciudad costera que ya ha mostrado vulnerabilidades frente a eventos extremos.
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Aunque el comunicado no precisa valores monetarios, las intervenciones evidencian una inversión de tiempo y recursos humanos por parte del Distrito y de las comunidades. La recuperación de zonas abandonadas también tiene impacto positivo en la seguridad, al eliminar focos de insalubridad y posibles sitios usados para el delito.
El modelo de intervención ha permitido consolidar una Barranquilla que avanza hacia una cultura ambiental colectiva. Según el Distrito, se busca que estas acciones no se limiten a jornadas de limpieza, sino que se traduzcan en un cambio de comportamiento sostenible.
En el caso de los colegios, se están creando multiplicadores juveniles que replican lo aprendido en sus entornos familiares y barriales. Al cierre del año, se espera contar con cifras actualizadas que confirmen si las metas de cobertura y recolección se cumplen o superan.
También se espera que los datos acumulados puedan ser integrados en informes ambientales del orden nacional, como insumo para el cumplimiento de compromisos climáticos en el marco de los planes de desarrollo urbano sostenible.
Barranquilla, desde lo local, está proyectando un modelo replicable para otras ciudades del país que enfrentan problemas similares de gestión de residuos, deterioro del espacio público y falta de pedagogía ambiental.