Ciudad de México - Silvia Pinal, considerada la última diva de oro del cine mexicano, falleció a los 93 años. Su partida marcó el fin de una era en la que el cine, el teatro y la televisión mexicana alcanzaron un nivel artístico destacado. La actriz murió tras una complicación urinaria, dejando un legado de más de siete décadas que trascendió generaciones.
Más allá del cine, la artista dejó una profunda huella en la televisión como presentadora de Mujer, casos de la vida real (1986-2007), un programa que abordaba historias humanas y sociales con sensibilidad y profundidad. También incursionó en la política y en el teatro, siendo pionera en el género de la comedia musical en México.
Antes de su fallecimiento, Silvia expresó su deseo de ser despedida y homenajeada con mariachis y canciones interpretadas por Luis Miguel, con quien compartía una cercana amistad. Además, era una apasionada de la música mexicana.
El legado de la Pinal trasciende las pantallas y será recordado no solo por su talento, sino también por su capacidad de reinventarse y mantenerse vigente en un medio de constante cambio.
La actriz no solo era una diva, sino un pilar fundamental de la cultura mexicana, cuya influencia perdurará a lo largo del tiempo.
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