Barranquilla D.E.I.P. - El Comité Disciplinario de la Dimayor, en su reunión del 2 de octubre, determinó que los puntos del partido disputado el jueves pasado entre Junior de Barranquilla y Atlético Nacional serán adjudicados a Junior. El encuentro, realizado en el estadio Atanasio Girardot, fue suspendido en el minuto 53 debido a disturbios provocados por los aficionados, lo que llevó a los árbitros a interrumpir el partido por falta de garantías para su continuidad.
La decisión del Comité se basa en que la responsabilidad de la logística y la seguridad durante los partidos recae en el equipo local, en este caso, Atlético Nacional. Aunque el marcador era de 2-0 a favor de Nacional en el momento de la suspensión, la Dimayor consideró que el club paisa no pudo garantizar un ambiente seguro en su estadio. Adicionalmente, Atlético Nacional enfrentó una multa de 26 millones de pesos y la suspensión del uso del Atanasio Girardot por seis fechas, lo que representa un impacto significativo en su campaña.
El boletín de sanciones emitido por la Dimayor especificó que Atlético Nacional fue sancionado con "derrota por retirada o renuncia" y se le impuso una multa adicional por los incidentes ocurridos. Estas sanciones evidencian la seriedad de los disturbios y la importancia de mantener la seguridad en los eventos deportivos, lo cual es un aspecto crítico para la integridad de la competición.
Con esta resolución, Junior de Barranquilla se beneficia directamente al recibir los puntos que mejoran su posición en la tabla de clasificación. Este fallo representa no solo una oportunidad para revitalizar su campaña en la Liga BetPlay, sino que también refuerza el compromiso de la Dimayor con la disciplina y la regulación en el fútbol colombiano.
La adjudicación de puntos se da en un contexto donde la seguridad y el bienestar de los aficionados deben ser una prioridad para los clubes y la organización. La controversia en torno a este partido subraya la complejidad de los retos que enfrenta el fútbol colombiano, donde la violencia y los disturbios en las gradas son problemas recurrentes. La reacción de la Dimayor en este caso podría establecer un precedente sobre cómo se manejarán situaciones similares en el futuro, enfatizando la necesidad de una administración responsable en el manejo de los eventos deportivos.
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