Bogotá - Alias Gafas, conocido por su pasado como guerrillero de las Farc y por haber sido el carcelero de Ingrid Betancourt durante su secuestro, ha sido nombrado oficialmente como gestor de paz por el presidente Gustavo Petro. Alexander Farfán Suárez, también reconocido como miembro representante del Estado Mayor Central (EMC) de las Farc, se espera que participe en las conversaciones con la disidencia de las Farc, marcando un paso crucial en el proceso de paz.
Desde su nombramiento, las repercusiones han sido evidentes. La decisión de incluir a Alias Gafas en las conversaciones de paz ha suscitado preocupaciones significativas, ya que no ha demostrado una verdadera intención de paz. Su estrecha relación con las disidencias de Iván Mordisco, una facción disidente de las Farc, plantea dudas sobre su compromiso con la reconciliación y la estabilidad.
Además, su historial de participación en actos violentos a lo largo del país plantea interrogantes sobre su idoneidad como gestor de paz. A pesar de su actual detención en la cárcel La Picota por cargos relacionados con armas de fuego, Alias Gafas sigue siendo una figura controvertida en el proceso de paz.
Cabe destacar que Alias Gafas ya está cumpliendo una condena de 40 años por su participación en toma de rehenes, secuestro extorsivo y rebelión. Estos cargos se derivan de su papel como carcelero de secuestrados de alto perfil de las Farc.
La designación de Alias Gafas plantea la pregunta fundamental sobre si está en condiciones de contribuir de manera constructiva a los esfuerzos de paz o si su inclusión podría socavar el proceso en curso. La libertad de Alias Gafas dependerá de las decisiones de los jueces que llevan sus procesos judiciales y podría verse influenciada por la Corte Constitucional a medida que decida sobre las demandas relacionadas con la Ley de Paz Total y los procesos de reconciliación en curso en Colombia. La nación sigue atenta a los acontecimientos en torno a esta controvertida designación.