El Banco Mundial ha presentado sus nuevas proyecciones de crecimiento para América Latina y el Caribe, las cuales no son alentadoras y muestran no solo el enfriamiento, sino también la desaceleración de la economía.
Para Colombia, el Banco Mundial ha calculado un crecimiento de 1,1%, menor al 1,3% de comienzos del año, y proyectó una variación positiva de 2,8% para 2024 y 2025. Según el reporte, las peores perspectivas se dan en Chile (-0,7%), Argentina (0%) y Colombia (1,1%), mientras que en el caso de Brasil (0,8%) y México (1,5%) estas se estabilizaron y Perú encabeza la lista con el mayor crecimiento previsto, 2,1%.
Las proyecciones negativas se deben a cuatro factores clave que determinan el comportamiento cada vez más débil de América Latina y el Caribe, según el Banco Mundial. Primero, se prevé que las tasas de interés mundiales se mantengan elevadas y sigan creciendo. Si bien la Reserva Federal de EE. UU. desaceleró el ritmo de las subas en las tasas de interés, la falta de avances en términos de inflación, junto con sólidos informes de empleo en febrero, hicieron que las expectativas sean de subas adicionales de las tasas. Segundo, se prevé que la demanda de los principales destinos de las exportaciones de América Latina siga siendo débil, dado que el crecimiento en el G7 se ve obstaculizado por políticas monetarias contradictorias y shocks energéticos causados por la guerra.
Tercero, existe incertidumbre a medida que China se recupera tentativamente del confinamiento por covid-19. Cuarto, la escasez de demanda también llevó a un debilitamiento en los precios de las materias primas. Un factor adicional analizado es que la mayor incertidumbre geopolítica, el deseo de acercar las cadenas de suministro y la mayor rentabilidad en el G7 alejan los flujos de capital de muchos países en desarrollo, incluida Latinoamérica, con la excepción notable de México.
El Banco Mundial también señaló que Colombia experimento caídas más agudas en el Índice de calidad del Empleo, esto implica que los trabajadores se les puede afectar su calidad de vida y su capacidad de afrontar situaciones económicas difíciles.
