El precio de la carne en Colombia ha estado en constante aumento en los últimos meses, afectando gravemente a la canasta familiar del país. Según fuentes de la industria ganadera, estas alzas desbordadas son el producto de las exportaciones de ganado, las cuales, asegura, no tienen precedentes en la historia de la ganadería en el país.
De acuerdo a cifras reveladas por carniceros al por menor, el precio por kilo ha tenido un aumento promedio del 53,8% anual, el precio estaba en $26.958 pesos por kilo, y en diciembre llegó a $33.409 pesos por kilo promedio. Además, en Barranquilla el precio de la carne de res ha aumentado hasta en un 15% desde el último trimestre del año debido a los efectos del invierno en el Caribe.
Según datos suministrados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), las exportaciones de ganado colombiano aumentaron un 107% durante el trimestre de enero a marzo del 2022, con relación al mismo trimestre del 2021. Se exportaron 97.849 animales por USD 56,63 millones mientras que para el 2022, se exportaron 156.482 cabezas por USD 117,21 millones. Los principales destinos son Egipto, Arabia Saudita, Jordania, Líbano y Estados Unidos.
José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos de Colombia, expreso que por concepto de exportaciones, se reciben cerca de 200 millones de dólares anuales por la venta de bovinos en pie a Oriente Medio y el norte de África. Exportaciones de carne, ganado y lácteos hasta noviembre superaron los 482 millones de dólares, siendo el 2022, el año con mayor exportación de ganado vacuno con 359 505 cabezas, un 71,1% más que las 210 155 de enero-noviembre de 2021.
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A pesar de que estas exportaciones representan una gran oportunidad económica para el país, también han generado una crisis en la seguridad alimentaria de los colombianos, ya que el precio de la carne se ha vuelto inaccesible para muchos hogares. Por ello es importante que se adopten medidas para regular estas exportaciones y garantizar que el precio de la carne sea justo tanto para los productores como para los consumidores.
Una posible solución podría ser la implementación de leyes para regular las exportaciones de ganado y un impuesto al kilo de carne para exportación, que subsidie el valor del kilo para consumos interno, con el fin de garantizar una distribución equitativa de los recursos y evitar la especulación en el precio de la carne.
