Soledad, Atlántico - Con villancicos, oraciones y una notable participación comunitaria, 12 conjuntos residenciales de Ciudad de los Puertos celebraron la tradicional Novena Navideña. Este evento destacó por fomentar la convivencia entre vecinos y recuperar tradiciones que fortalecen los lazos comunitarios.
Diariamente, decenas de familias se reunieron para rezar, cantar villancicos y compartir momentos de reflexión en un entorno de fraternidad. La actividad sirvió como un recordatorio de las costumbres navideñas que caracterizan a la región Caribe. Además, niños y jóvenes dejaron de lado sus dispositivos electrónicos, participando activamente y recordando cómo se vivía la Navidad en épocas anteriores.
“Es muy importante lo que se está haciendo hoy, es muy grato para la comunidad unirnos y entre todos celebrar el nacimiento de Jesús. He visto niños alegres y sonrientes y además vecinos en una unión fraternal que no se ve en otra época”, expresó Jack Peña, residente de Puerto Tambora, uno de los conjuntos participantes. Este testimonio refleja el impacto positivo del evento en los residentes, quienes destacaron la armonía y la renovación de las relaciones entre vecinos.
La Constructora Bolívar, junto con otras empresas privadas, no solo organizó la logística del evento, sino que también aportó recursos para hacerlo más especial. Desde la decoración hasta la entrega de refrigerios, cada detalle fue pensado para generar un ambiente cálido y acogedor. La sonrisa de los niños fue el mayor indicador del éxito de la actividad, según manifestó Javier Bedoya, otro de los participantes: “La Novena fue la excusa perfecta para compartir con los vecinos que a veces por los afanes del día uno ni saluda, pero hoy todo fue distinto, reinó la armonía y la unión”.
El evento también tuvo un componente social enfocado en los niños. Al finalizar cada jornada, se anotaban los nombres de quienes se portaron bien para que recibieran un obsequio el día de Navidad. Uno de los momentos más emotivos fue el testimonio de Alexandra Cadavid, 
una niña de nueve años, quien dijo: “Lo que le pido al Niño Dios es que mi papá pueda estar con nosotros en esta Navidad. Él es conductor de una tractomula y para Navidad siempre está viajando”. Este tipo de comentarios resaltó la importancia de la familia y los pequeños detalles que marcan la diferencia.
La Novena también permitió reforzar valores como la solidaridad y la devoción, aspectos que en muchas comunidades urbanas suelen perderse debido al ritmo acelerado de la vida moderna. “Ver a los niños y jóvenes participando con entusiasmo fue como un viaje al pasado, a esas Navidades donde el compartir y la unión eran la esencia”, destacó otro de los vecinos.
En un contexto donde las tradiciones a menudo se diluyen, la iniciativa de la Constructora Bolívar y sus aliados se erige como un ejemplo de cómo el sector privado puede impulsar actividades que trascienden lo comercial para generar impacto social. El evento no solo revitalizó las costumbres navideñas, sino que también dejó una huella en la comunidad, recordando que la magia de la Navidad radica en la unión y el compartir.
