Barranquilla - El alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo Heins, presentó ante socios internacionales de bancas de fomento públicas el exitoso proyecto de recuperación del Ecoparque en la Ciénaga de Mallorquín, un rincón mágico que ha vuelto a la vida gracias a la colaboración y el apoyo de diversas organizaciones.
La transformación integral de este espacio natural es ya una realidad, ofreciendo a los barranquilleros y visitantes nacionales e internacionales la oportunidad de disfrutar de cerca de 1.000 hectáreas de zonas verdes llenas de una diversidad única de flora y fauna.
Esta notable transformación fue posible gracias a la colaboración de autoridades locales, departamentales y nacionales, respaldadas por organizaciones y socios internacionales que vieron en Barranquilla la capacidad de revitalizar un área que había estado abandonada durante décadas.
El alcalde Pumarejo, acompañado por el director general de la Agencia Francesa de Desarrollo, Rémy Rioux, y otros representantes internacionales, recorrió los 4.5 kilómetros habilitados en el parque. Durante esta visita, se destacó la importancia de la AFD como un socio fundamental en la preservación del medio ambiente y el impulso del desarrollo y el empleo en la región.
El proyecto no solo recibió financiamiento internacional, sino también asistencia técnica de calidad no reembolsable, lo que garantiza la ejecución exitosa y el aprendizaje de experiencias de países con más experiencia en proyectos similares.
Rémy Rioux, director de la AFD, elogió el compromiso del alcalde y señaló la importancia de aprender de esta experiencia para futuros proyectos de desarrollo sostenible.
La recuperación de la Ciénaga de Mallorquín es un ejemplo de cooperación internacional, inversión sostenible y desarrollo comunitario. Además de la AFD, otras organizaciones internacionales como el BID, CAF, la Unión Europea, AECID y el Reino Unido respaldaron este esfuerzo con recursos y conocimientos, priorizando la integración de las comunidades locales.
El alcalde Pumarejo anunció la entrega próxima del Bosque Urbano Miramar y la continuación de programas como Siembra Barranquilla y la recuperación de cuerpos de agua, como el caño de la Auyama. También se destacó el enfoque en la cultura ciudadana, especialmente en las escuelas, donde se enseña a los jóvenes a ser guardianes del planeta desde su entorno inmediato.
La recuperación de la Ciénaga de Mallorquín no solo es un logro ambiental, sino también un ejemplo de colaboración y desarrollo sostenible que beneficia a todo el mundo.