Dos coroneles en retiro, identificados como Jerson Jair Castellanos Soto y Wilmer Torres Orjuela, han sido condenados en fallo de primera instancia por su participacion en una red de prostitucion que involucraba a jovenes alfereces de la Escuela General Santander. El delito por el que han sido condenados es el constrenimiento a la prostitucion.
Esta red opero en el Ejercito, donde, segun las investigaciones, los coroneles incitaban a jovenes a ejercer actividades sexuales utilizando amenazas como medio de coaccion. Se ha confirmado que al menos cinco alfereces fueron victimas de estas acciones.
El fallo del juez ha impuesto una pena de 10 anos y 6 meses de carcel para los coroneles en retiro, quienes fueron senalados como los responsables de estos crimenes. El proceso judicial ha sido llevado a cabo por un fiscal de la Direccion Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos.
La investigacion ha revelado que el coronel en retiro Jerson Jair Castellanos Soto frecuentaba la Escuela de Cadetes de la Policia Nacional, General Santander, entre 2005 y 2006. Su modus operandi consistia en contactar a jovenes, ganarse su confianza a traves de regalos e invitaciones a salir, y posteriormente involucrarlos en actividades sexuales.
Las victimas, que eran alfereces en formacion, se vieron sometidas a presiones y amenazas que los llevaban a reunirse con el coronel en retiro Castellanos Soto. Este ultimo, en ese momento, ocupaba el cargo de jefe de seguridad del Congreso de la Republica, lo que aumentaba su influencia y poder de coaccion.
Por otro lado, el entonces mayor Wilmer Torres Orjuela, en su rol de jefe de seccion de la General Santander, ejercia autoridad sobre los alumnos. Utilizo esta posicion para coaccionar e intimidar a las victimas, facilitando su salida de las instalaciones de la escuela y forzando su participacion en encuentros sexuales con el coronel Castellanos Soto.
Este caso ha generado gran conmocion en el pais y ha puesto de manifiesto la importancia de abordar con seriedad y determinacion la erradicacion de practicas que vulneran los derechos de los jovenes y que involucran a figuras de autoridad. El proceso legal continua, y se espera que se haga justicia en este caso que ha dejado una marca indeleble en la historia de la Escuela General Santander y las fuerzas armadas de Colombia.
