Barranquilla D.E.I.P - En los últimos días, los reflectores se posaron sobre la diseñadora gráfica barranquillera, Geraldine Fernández, quien protagonizó una trama con su supuesta participación en la película "El niño y la garza" del reconocido estudio Japones Studio Ghibli.
La euforia inicial rodeó la historia de Fernández, celebrada en redes sociales y medios internacionales por su contribución junto a otros 250 ilustradores al éxito de la película, que incluso ganó un Globo de Oro. La ilustradora Presentó pruebas, diapositivas y videos, destacando su presunta colaboración con el maestro Hayao Miyazaki en los Estudios Ghibli.
El canal de YouTube de EL TIEMPO incluso realizó una videoconferencia virtual con la ilustradora, donde reafirmó sus afirmaciones iniciales.
Sin embargo, tan pronto como se publicó el material, las redes sociales se llenaron de escepticismo. Usuarios comenzaron a cuestionar la autenticidad de su participación, y las primeras dudas surgieron sobre la falta de créditos de Fernández en la película. A pesar de sus explicaciones, argumentando decisiones de los estudios, la desconfianza creció, especialmente cuando se buscó su nombre en bases de datos de la industria cinematográfica sin resultados favorables.
En un segundo acto de este drama, Fernández se retractó de sus afirmaciones iniciales sobre la cantidad de ilustraciones realizadas. Inicialmente, afirmó haber trabajado en 25 mil fotogramas, una cifra que los usuarios en redes sociales consideraron difícil de creer. Las dudas se intensificaron cuando se reveló que los certificados presentados como aval eran de cursos de cerámica, no relacionados con la animación.
En una entrevista con Néstor Morales en Mañanas Blu, Fernández confesó públicamente haber exagerado su grado de participación en la película. Admitió haber trabajado en solo un par de escenas, no en toda la película como afirmó inicialmente. Además, se enfrenta a acusaciones de plagio en su portafolio, con usuarios señalando que algunas ilustraciones no son de su autoría.
Fernández ha mencionado en diferentes entrevistas que tuvo contacto directo con Hayao Miyazaki en tres ocasiones, contradiciendo sus afirmaciones anteriores sobre no conocer los estudios de manera presencial. Estas contradicciones han llevado a muchos a cuestionar la veracidad de toda su historia.
Este episodio sirve como una advertencia sobre los peligros de exagerar y distorsionar la verdad en un mundo donde la información se difunde rápidamente a través de las redes sociales y los medios de comunicación.
El empresario Christian Daes, de Tecnoglass, donde Fernández trabaja y realiza su labor de ilustración, añade un nuevo nivel de incredulidad a este intrigante capítulo del mundo del entretenimiento colombiano.