Colombia - En un país lleno de talento, algunas figuras logran marcar el alma de todos los que las conocen, y sin duda, Margalida Castro es una de ellas. Su partida el 19 de diciembre de 2024, a los 81 años, dejó a Colombia con un profundo sentimiento de nostalgia. Pero más allá de la tristeza, su legado como actriz y ser humano sigue vivo, latiendo en cada uno de los recuerdos que nos regaló en su más de medio siglo de carrera.
Margalida no fue solo una actriz, fue un verdadero emblema de la televisión y la cultura colombiana. Con una carrera marcada por más de 80 papeles, desde la televisión hasta el teatro, su versatilidad y su capacidad para interpretar personajes inolvidables la convirtieron en una de las grandes de la pantalla. En 2013, su trayectoria fue reconocida con el Premio India Catalina a Toda una Vida, un galardón que destacó su invaluable contribución al arte y la cultura de Colombia. Pero si hay un personaje que quedará grabado en la memoria colectiva, es, sin duda, Doña Úrsula en Chepe Fortuna.
La interpretación de Margalida como Doña Úrsula Cabrales fue un espectáculo en sí misma. Doña Úrsula no era la abuela común y corriente. Sí, la queríamos, pero también nos hacía temer, reír, y hasta nos sacaba un par de carcajadas incómodas con sus alaridos que retumbaban por toda la casa. Su relación con su nieta, Niña Cabrales, era todo menos convencional. No era una figura delicada ni frágil; Doña Úrsula tenía una presencia imponente, sabia en su propio mundo, con un amor tan fuerte como su necesidad de controlar.
A lo largo de la novela, aprendimos que, detrás de los gritos y las quejas, existía una matriarca que veía la vida desde una perspectiva muy propia, en la que la familia y el bienestar de los suyos siempre prevalecían, aunque su manera de demostrarlo no siempre era la más tierna. Ella se encargaba de que todos supieran su lugar en la casa, y no dudaba en usar el poder que le otorgaba su rol para manipular a quienes, según ella, debían ser "guiados" en la vida.
Lo que hacía a Doña Úrsula tan fascinante era esa mezcla entre lo protector y lo posesivo. Su amor, aunque controversial, estaba basado en un fuerte instinto de protección. Con ella, la familia era lo primero, aunque, claro, sus intereses siempre iban por encima de la felicidad de todos. ¿Una abuela tradicional? No. Doña Úrsula era una abuela con poder, que imponía sus reglas, dictaba sus órdenes, y aún así, nadie se atrevía a imaginar la casa Cabrales sin ella. ¡Y vaya que lo hacía con estilo!
Margalida Castro fue mucho más que una actriz. Su presencia en pantalla era imponente, pero fuera de ella, también era una mujer de una fuerza impresionante. Era madre, amiga, colega, y para muchos, una inspiración. En sus últimos años, la actriz luchó con valentía contra un cáncer agresivo, recibiendo cuidados paliativos en sus últimos días. A pesar de la batalla que libró, su legado no solo está en los personajes que interpretó, sino también en la forma en que vivió, con una determinación y un amor inquebrantables por lo que hacía.
Las palabras de sus compañeros de trabajo nos muestran aún más la huella que dejó en sus vidas. "Era una mujer increíblemente generosa", dijo Carmenza Gómez, quien compartió set con Margalida en varias ocasiones. "Siempre te hacía sentir como parte de algo más grande, algo muy especial. Nunca dejó de sorprenderme su capacidad para seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles". Por su parte, el actor Luis Eduardo Arango, quien trabajó junto a ella en Chepe Fortuna, expresó: "Margalida fue un ejemplo de profesionalismo y entrega. Tenía una energía única. Cada escena con ella era un aprendizaje constante. Se le va a extrañar profundamente".
Taliana Vargas, quien interpretó a Niña Cabrales, también compartió su dolor por la partida de Margalida. Se despidió de ella a través de un emotivo mensaje en su cuenta de Instagram, donde se metió en el papel de su nieta en la novela: "Ahora ya está al ladito de Dios, pero aquí la recordaremos por siempre", escribió, acompañando sus palabras con tres conmovedoras fotografías de ambas en el set de Chepe Fortuna.
Su partida nos recuerda lo frágil que es la vida, pero también lo eterno de lo que dejamos atrás. Los personajes que Margalida interpretó seguirán vividos en nuestros recuerdos, especialmente Doña Úrsula, quien no solo fue una abuela cómica y controladora, sino un reflejo de los vínculos familiares más complejos que, aunque no siempre son fáciles de entender, son fundamentales en nuestras vidas.
Lo que Margalida dejó no fue solo su arte, sino su humanidad. En una industria muchas veces fría, ella siempre mostró su esencia. No fue solo una mujer de pantalla, sino una mujer de corazón. Con cada papel, con cada personaje, dejó un pedazo de sí misma, y nos mostró cómo podemos ser más completos y más humanos en nuestra vida cotidiana.
El actor y amigo de Margalida, Álvaro Rodríguez, lo dijo de manera conmovedora: "Ella representó la verdadera esencia del ser humano en su complejidad. Siempre fue fiel a sí misma, y esa es la verdadera magia de Margalida. Siempre la recordaré como una madre, una amiga y una maestra en el arte de vivir y trabajar".
Margalida, te despedimos con amor, agradecidos por todo lo que nos diste, por las lecciones que nos enseñaste y por las emociones que nos hiciste sentir. En cada una de tus interpretaciones, dejaste un legado que, sin duda, vivirá por siempre en el corazón de todos los colombianos.
Descansa en paz, querida Doña Úrsula. Tu luz nunca se apagará.